Luego de que el presidente Juan Manuel Santos finalizara el jueves la instalación del último periodo legislativo de su cuatrienio 2014 - 2018, la plenaria del Senado de la República se dispuso a elegir, en medio de un fuerte y tenso pulso político, a su nueva mesa directiva.
En la sesión, que se alargó por más de una hora, la tensión se observó en las caras de nerviosismo y ansiedad de varios de los senadores asistentes, pues no se sabía si los acuerdos previstos se mantendrían o flaquearían.
Lo que se preveía y lo que fue. Antes de que se instalara la mesa, se hablaba de que la presidencia del Senado estaría en manos del conservador barranquillero Efraín Cepeda, y que la primera y segunda vicepresidencia quedarían, respectivamente, en las de Eduardo Pulgar (de la U y también del Atlántico) y el cartagenero Antonio Correa (de Opción Ciudadana).
Pues bien, dichos acuerdos se cumplieron parcialmente: la mesa directiva, en efecto sí quedó conformada en su totalidad por parlamentarios del caribe, pero hubo una excepción de última hora que no dejó de sorprender a algunos: la primera vicepresidencia no terminó bajo el mando de Pulgar, sino en el de su contendiente y copartidario Andrés García Zuccardi.
Y lo cierto es que la disputa fue bastante reñida: mientras Zuccardi obtuvo 45 sufragios, Pulgar 42.
¿Qué hay detrás de esa votación tan pareja?, para el senador Armando Benedetti, quien fue uno de los que con mayor ahínco apoyó la candidatura de Pulgar, más allá de que este último no lograra la votación requerida para llegar a la primera vicepresidencia, 'lo importante del resultado y del proceso de la elección de García Zuccardi fue que el partido aprendió que deberá estar unido para las elecciones de 2018'.
Para el senador, así hayan divisiones al interior del partido, lo cual de alguna forma es normal, ahora lo importante será centrarse en unirse para llegar con fuerza a los comicios del próximo año.
A pesar de lo señalado por Benedetti, algunos sectores han vaticinado que al interior del partido existe una profunda división, y que incluso habría una disidencia que se encuentra molesta por la falta de cuotas burocráticas que el gobierno debió entregar, cuestión por la cual se encuentra elaborando un proyecto de ley de transfuguismo que le permita saltar a otras toldas partidistas.
Benedetti insistió a EL HERALDO que esa iniciativa se cortó de tajo en las filas del partido y que en ningún momento se presentará esa propuesta.
'Esa idea fue espontánea y muy creativa, pero que nació y murió el mismo día', también se lee un uno de los twitts del senador.
Esto mismo fue ratificado por el representante Berner Zambrano, quien en la página del Partido de la U escribió que se 'descarta el apoyo a un eventual reforma sobre transfuguismo político'.