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Juan Carlos Pinzón inició su gira nacional de recolección de firmas para obtener la candidatura a la Presidencia de la República en la ciudad en Barranquilla.

En diálogo con EL HERALDO, habló sobre lo que se viene en ese recorrido, su postura sobre el Acuerdo de paz y las modificaciones que le haría, su visión sobre el legado del gobierno Santos, y cómo tratar el problema de la corrupción.

Esta es su primera campaña política y además va a ser por firmas. ¿Cuáles son los retos que prevé de aquí en adelante?

Tiene razón. Si bien yo he tenido cargos públicos y he trabajado con el Gobierno, en el tema político nunca he participado en ninguna campaña activa, ni nunca me he presentado para algún cargo público de elección popular. Y eso, así como es un reto, porque es un aprendizaje que hay que hacer en el camino para poder ser efectivo en el proceso, entiendo que le llama mucho la atención al ciudadano. Lo que le pasa a los ciudadanos es que no sienten que alguien como ellos los representa, que nadie que tenga una vida normal los represente. Eso es lo que yo estoy tratando de hacer; por eso a mí lo que más me interesa en esta fase es escuchar y conversar con la gente.

Usted hizo parte del gobierno Santos. ¿va a recoger el legado de esa administración o se va a alejar del presidente?

Todos los gobiernos han tratado de avanzar y hacer cosas, y todos los gobiernos tienen cosas para rescatar. Yo no voy a ser la persona que va a andar llevando al país de reversa, o caminando de espaldas. Voy a estar mirando al país hacia adelante y tratando de que avance. ¿Para eso qué hace uno? Toma los temas que han funcionado bien, los mantiene y los refuerza. Toma los temas que tienen a la gente preocupada y, o los modifica, o coloca políticas nuevas.

¿Y cuáles son esos temas con los que se queda y esos que habría que mejorar?

Yo creo que desde el Gobierno se han hecho importantes esfuerzos en varios frentes. Hay programas específicos en materia de educación, infraestructura, en materia de primera infancia que me parece que son importantes. Pero también nos quedaron unos retos pendientes. Hoy, por ejemplo, la inversión en los temas de mayor potencial de Colombia, es decir, minería y petróleo, agroindustria, el tema forestal e incluso el tema de la infraestructura, no están recibiendo grandes capitales del resto del mundo. Si no creamos un modelo de estabilidad que garantice que la inversión pueda llegar, no vamos para adelante. Tenemos que buscar un modelo tributario que genere los incentivos para que vengan empresas nacionales y extranjeras para que generen empleo en el país, pues vamos a tener una situación complicada en los años porvenir.

Usted ha dicho que los Acuerdos con las Farc se pudieron haber hecho mejor. ¿A qué aspectos se refiere?

Mire, lo primero es que yo nunca me opuse a la paz ni me opongo a la paz de ninguna manera. En algún punto teníamos la fortaleza tal, que si bien es cierto la negociación era necesaria, hay que decirlo, no era necesario conceder todo lo que fue concedido. Si hubiéramos estado unidos, con certeza hubiéramos tenido un mejor negocio. Se lo digo con franqueza: yo no voy a devolverme, yo no voy a poner reversa, ni voy a hacer trizas nada. Voy a asegurarme que lo que es ley, se cumpla, pero que también se exija el cumplimiento. Esta gente tiene que entregar hasta el último fusil. Esta gente no puede andar haciendo política, o haciéndose los locos y en el fondo tratando de tontos a la sociedad colombiana, con toda la plata que hicieron de minería, extorsión y secuestro. No es un tema menor. Esta gente tiene que decir claramente qué dejó en Venezuela y qué no. Resolver el tema de los menores de edad y el tema de los planes de desarrollo donde se les da autoridad a las comunidades influidas por las Farc, que en últimas es a las Farc, para que queden en igualdad de discusión con las autoridades legalmente constituidas. Yo creo que eso no está bien. Son temas que hay que analizar y discutir. Insisto, no para echar para atrás, sino para mejorar y perfeccionar de modo que le sirva, no solo a un grupo, sino a los 50 millones de los colombianos.

Sobre el tema de la corrupción hay muchas medidas y muchas normativas que pareciera que ya no sirven. ¿Usted qué plantea?

El exceso de normas y leyes promueve la corrupción indirectamente. Y la promueve porque cada vez que se hace una norma de control, hay alguien que controla, y ese alguien que controla se vuelve una especie de peaje: por ahí tiene que pasar todo el mundo. Y si no es una persona ética, fácilmente se convierte en un factor de corrupción, cada control, cada trámite. Lo que más le ayuda a los ciudadanos a no tramitar nada, es tener una relación directa con el Estado. Ahí está la tecnología que nos permitiría eliminar una serie de controles, trámites y demás. Yo propongo que la utilicemos. Lo otro es el tema del narcotráfico y la economía ilegal es algo contra lo que se debe luchar no solo por razones éticas; las consecuencias que tiene eso se llama corrupción. La gente que tiene dinero por cuenta de esas actividades necesita lavarlo y en ese proceso hay mucha corrupción. Por ello a mí me preocupa la forma como se combatiendo el tema del narcotráfico. Ello hay que revisarlo. Lo último frente a este tema es la necesidad de crear unidades élites que tengan capacidad de inteligencia y de judicialización para perseguir a los corruptos.

¿Y qué aspectos se pueden poner en práctica para combatir la corrupción desde su propia campaña? ¿Cómo se va a financiar, por ejemplo?

Este movimiento lo que está haciendo ahora es buscar las firmas. Así mismo estamos diseñando la estructura de la organización para poder contarles a los colombianos cómo se gasta cada peso que entra a la campaña si se avala la candidatura. Por ahora todo es trabajo voluntario de amigos. No están recibiendo un sueldo por el trabajo que hacen. Pero porque sienten que debemos unirnos a ver cómo salimos adelante. Y en el entretanto he ido acudiendo a los empresarios de mayor prestancia del país presentando esta propuesta y buscando recursos completamente transparentes y limpios.