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Después de fracasar durante medio siglo en su intento de tomar el poder por la vía armada en Colombia, las FARC inician este domingo su camino como nuevo partido de izquierda.

Unos 1.200 delegados de la que fue la principal guerrilla del hemisferio instalaron en Bogotá, con dos horas y media de retraso, su congreso fundacional para empezar a actuar como fuerza política legal, tras concluir su desarme el 15 de agosto.

En el evento, que se desarrolla mayoritariamente a puerta cerrada y se extenderá hasta el jueves, definirán un nombre para su movimiento y elegirán los candidatos para las elecciones generales de 2018.

En el lanzamiento estuvo la comandancia en pleno de las FARC, entre ellos su líder máximo, Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’.

'Las FARC (...) nos transformamos a partir de este evento en una nueva organización exclusivamente política, que ejercerá su actividad por medios legales', dijo Londoño en la instalación.

El excomandante aseguró que en el nuevo movimiento 'persistirán' las banderas políticas que ondearon desde su alzamiento en armas en mayo de 1964.

Abogaremos por un 'régimen político democrático que garantice la paz con justicia social, respete los derechos humanos y garantice un desarrollo económico para todos', aseguró.

El nombre

Una de las discusiones más álgidas será el nombre. El dirigente rebelde ‘Iván Márquez’ dijo tras finalizar el desarme que 'seguramente' cambiarán el Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por Fuerza Alternativa Revolucionaria de Colombia.

Aunque Londoño realizó el martes una encuesta en Twitter, que incluía otras alternativas, para conocer la opinión de los internautas.

En la reunión, los delegados –entre excombatientes, milicianos y colaboradores– también recibirán un informe de su dirección sobre el estado de la implementación del acuerdo de paz firmado en noviembre con el gobierno de Juan Manuel Santos y propuestas para la conformación del movimiento.

Además, prevén definir la 'caracterización' del partido, su estructura y nombrar la dirección nacional, explicó el excomandante insurgente Carlos Antonio Lozada.

El pacto de paz, logrado tras cuatro años de negociaciones en Cuba, establece 10 curules en el Congreso para las FARC, cinco en cada cámara, aunque para ello deberán participar en la contienda electoral.

En caso de que no alcancen los escaños por votación popular, se les otorgarán los necesarios hasta cumplir la cuota acordada.

'Ojalá, esa es nuestra aspiración, logremos ampliar esa representación', sostuvo Lozada.

Sin candidato presidencial

‘Timochenko’ descartó en diciembre que la guerrilla fuera a presentar un candidato presidencial, aunque afirmó que apoyarían la candidatura de quien garantice el cumplimiento del acuerdo y un programa mínimo de convergencia.

Para oír sus propuestas, al congreso fueron invitados los precandidatos presidenciales, pero hasta ahora ninguno confirmó públicamente su presencia.

Aunque durante 53 años enarbolaron la bandera marxista, los exguerrilleros se han abstenido de mencionar las palabras socialista y comunista en esta etapa pública.

'Hemos venido planteando la necesidad de una gran convergencia política que rebase los linderos de la izquierda, que sea mucho más en dirección a poder ampliar efectivamente la democracia en el marco de lo que llamamos la democracia liberal', dijo el excomandante Pastor Alape.

Uno de sus aliados será el Partido Comunista Colombiano, actualmente sin representación en el Parlamento, que en su último congreso abogó por un 'frente amplio' para defender la paz.

Según Lozada, el movimiento no tendrá 'nada que ver con modelos extranjeros', como el cubano o el venezolano. Dirigentes rebeldes han dicho que será 'antiimperialista' y 'antipatriarcal'.