No es ningún secreto la mala imagen que hoy por hoy tienen los partidos políticos frente a la ciudadanía colombiana. Las últimas encuestas así lo han ratificado: incluso las Farc, que cargan con todo el estigma por los años de violencia en su lucha contra el Estado, resultan mejor libradas que las organizaciones partidistas.
Para analistas consultados, la causa de todo esto es que la función primaria que deberían cumplir estas colectividades, es decir, servir de puente entre las necesidades de la población y el Gobierno para que se dé solución a las mismas, ha quedado desdibujada por los escándalos que se han presentado al interior de los partidos y por la brecha que existe con la ciudadanía.
Tal como lo señala Juan Carlos Rodríguez, codirector del Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes, 'los partidos están en crisis debido a las dinámicas de corrupción y clientelismo que se generan al interior de los mismos y, por ello, se produce que tengan una bajísima confianza de parte de la ciudadanía'.
Insisten los académicos en que esta falta de representatividad se debe al propio origen y estructura de los actuales partidos políticos.
'Con la caída del Frente Nacional, lo que quedó institucionalizado fue una forma de relacionamiento de clientelismo entre la élites regionales y el poder central, que debilitó la estructura democrática e ideológica de los partidos políticos, configurando por el contrario unas agrupaciones que podríamos llamar casas políticas', señala Diógenes Rosero, director de la Misión de Observación Electoral, capítulo Atlántico.
Para Rosero, estas casas carecen de identidades partidistas e ideológicas, y por tanto funcionan y se mueven con base a intereses personales. Así mismo, su forma de relacionamiento con la ciudadanía no es a través de proyectos programáticos, sino de 'transacciones', que hoy en día se evidencian en la compra del voto.
Ahora bien, esa falta de credibilidad y confianza que generan los partidos políticos, añade y advierte el académico Juan Carlos Rodríguez, podría estar cocinando 'el advenimiento de un líder populista antipolítico, de izquierda o de derecha, que acabaría con lo que queda de la democracia'. 'La retórica antipartidos es tan vendedora como irresponsable', puntualiza el académico.
Por su parte, Fernando Giraldo, experto en partidos políticos y docente de la Uninorte, asegura que lo que se está presentando es 'un colapso de los partidos políticos y del sistema de partidos: veremos si es transitorio y si las consecuencias son reparables en el corto plazo y qué cambios se desprenden de esta situación que apenas se visibiliza'.
Es decir, en las elecciones del próximo año se podría llegar a ver el surgimiento de nuevas organizaciones o la desaparición de otras, todo en el reorganizamiento de las fuerzas políticas.
La crisis y las presidenciales
La falta de credibilidad y estructura de los partidos ya ha empezado a tener sus repercusiones en el escenario preelectoral de las presidenciales.
A menos de ocho meses para que se realicen los comicios, se ha visto cómo 27 aspirantes a la Casa de Nariño han decidido utilizar el mecanismo de la recolección de firmas para obtener su candidatura, rechazando así el aval de los partidos.
Para los expertos, este fenómeno podría corresponder a tres cosas.
Por un lado, se trataría de una estrategia política, en la medida que con la recolección de firmas se permite cierta gabela para hacer campaña política.
'Buscar candidaturas por firmas en las presidenciales es una forma de eludir normas sobre el calendario electoral y financiación electoral', señala Juan Carlos Rodríguez.
Por otro, también podría corresponder a un tema de márketing político, pues los presidenciables buscan evadir ser cuestionados por los escándalos de corrupción que giran alrededor de las organizaciones partidistas.
Finalmente, una candidatura por firmas incentivaría procesos más personalistas, que no estarían atados al rigor de una estructura partidista.
Ahora bien, como recuerda Ángel Tuirán, docente del departamento de Ciencia Política de la Universidad del Norte, este fenómeno de que los presidenciables decidan irse a través de las firmas tampoco es nuevo y las razones para que ello se haga ya se han visto en el pasado. 'El expresidente Andrés Pastrana se elige en su momento por el movimiento Nueva Fuerza Democrática, fundado por él. Posteriormente Álvaro Uribe Vélez lo hace a través de un grupo significativo de ciudadanos, y luego Juan Manuel Santos se elige con el Partido de La U, que se crea en medio de una coyuntura'.
La crisis y las congresionales
Si bien en sentido general los partidos están en crisis, en las elecciones congresionales son estos los que mandan la parada. Según indica Ángel Tuirán 'de acuerdo con la normatividad, para ser congresista se requiere del aval del partido, y la recolección de firmas para estas tipo de elecciones podría ser un gasto innecesario, cuando ya se cuenta con la estructura de un partido'.
No obstante, debido a su estructura clientelar y de 'casa política', los partidos políticos podrían configurar el fenómeno del nepotismo y de la participación 'en cuerpo ajeno', es decir, a través de un tercero. 'Con ello lo que se daría es que no habría una efectiva renovación al interior del Congreso', señala Diógenes Rosero.
Ahora bien, curiosamente, los mismos políticos han coincidido con el común de la gente, pues muchos de ellos reconocen que los partidos a los que pertenecen están en crisis. Algunos defienden el hecho de que haya candidaturas por firmas, y otros propenden porque, a pesar de la falta de credibilidad de los partidos, se deba seguir fortaleciendo a los mismos.
Todos pierden
El senador Armando Benedetti, de La U, asegura que 'los partidos están completamente en crisis en Colombia'.
'Mire lo siguiente –añade–: la mayoría de los partidos no se han puesto de acuerdo frente al candidato presidencial. En el Liberal hay cerca de 4 precandidatos, pero parece que van a perder. En el Conservador todos se quieren ir para el uribismo, pero no pueden dejar la mermelada. El propio Uribe tiene problemas para dirimir cuál de los cinco precandidatos será el que abandere ese partido; Vargas Lleras se salió de su partido para ser el candidato. Eso demuestra que los partidos están en crisis. Aquí la pregunta no es cuál candidato va ganando, sino cuál no va perdiendo: ninguno pasa del 10%'.
Poca democracia interna
Para Clara López, quien presentó su renuncia al Polo Democrático y ahora aspira obtener su candidatura presidencial a través de la recolección de firmas, lo que se evidencia es que los partidos están sufriendo una profunda brecha con la ciudadanía, además de una falta de democracia interna. 'En mi caso personal, esas dificultades al interior de la organización me obligaron a tomar la decisión de irme del Polo', aseguró López.
credibilidad y coherencia. 'Los partidos están en crisis por falta de credibilidad y coherencia y por ello no tienen una gran base popular, a excepción del Centro Democrático', expresa el senador de este partido, Jaime Amín.
Dice que cuando un partido se aleja de sus tesis por burocracia o por contratos, pierde electorado. 'Nuestro partido ha demostrado que se mantiene firme con sus convicciones. Pensamos una cosa, la decimos y ejecutamos una acción con relación a lo anterior. Eso es coherencia y credibilidad'
Más institucionalidad
Claudia López ha señalado que mientras los demás partidos se encuentran en 'crisis por los casos de corrupción que se han conocido', alrededor de la Alianza Verde se ha creado unidad. 'Este es un momento para que la institucionalidad de los partidos políticos se fortalezca. Se debe adelantar reformas como la reforma política que incluye nueva arquitectura electoral'.
No a personalismos
'El 80% de los colombianos no se identifica con ningún partido. No obstante, se debe propender por proyectos de partidos, y no por proyectos personalistas, como lo demuestran quienes se van por las firmas'.