La precandidata presidencial Marta Lucía Ramírez, quien hace una semana renunció al Partido Conservador e inscribió el comité ciudadano para recoger las firmas que requiere en la obtención de su candidatura en la carrera por la Casa de Nariño, afirmó en diálogo con EL HERALDO que no solo su anterior colectividad, sino una gran mayoría de partidos, se encuentra 'secuestrada' por la clase parlamentaria.
'El Partido Conservador, como todos los demás partidos, está secuestrado por los congresistas. Ellos se han tomado la dirección de los partidos y, por tanto, los partidos solo se mueven alrededor de los intereses de la clase parlamentara. Ello ha desdibujado la función de las colectividades, que debería ser conectar al pueblo con el Estado, para que los intereses de la población se traduzcan en una gestión al interior del Congreso y en una labor con el Ejecutivo para que haya unas políticas públicas', afirmó Ramírez.
Una de las consecuencias de que se haya desdibujado esa función primaria, según indicó, es que las organizaciones partidistas pierden la de vocación del poder.
'Por tercera vez consecutiva, el Partido Conservador está poniendo en jaque la posibilidad de una candidatura presidencial. Primero, lo hicieron, deliberadamente, con la candidatura de Noemí Sanín porque se entregaron a la elección de Álvaro Uribe. Después, lo hicieron conmigo: los congresistas del partido fueron y le entregaron la candidatura del partido a la reelección de Juan Manuel Santos. Y luego, lo que hacen es retener y dilatar la posibilidad de una candidatura con el pretexto de que todavía no es conveniente, todo para decir en noviembre que el conservador no tiene candidatura para luego entregársela a el candidato que le sirva a ellos', explicó.
Por lo tanto, expresó la también exministra de Defensa, es necesario que 'los partidos se fortalezcan y que al mismo tiempo se democraticen internamente'.
'En la política hay que lograr que los partidos tengan una ideología definida, y que sea la gente del común la que se haga oír', indicó.
Afirmó, no obstante, que en caso de llegar a la presidencia, su relación con el Congreso, recinto en el cual están sentados los partidos políticos, será respetuosa.
'Hay que ser claros. La relación del Ejecutivo es con el partido como institución, y no al menudeo con cada congresista, porque esa esa forma de relación sirve para el manejo clientelista de la política', argumentó.
Respecto a la reforma política que actualmente está surtiendo trámite en el Legislativo, Ramírez expresó su inconformidad 'debido a que se le han quitado todos los dientes'. 'Esa reforma es un fiasco. Hay que hacer una reforma que se parezca mucho más a las recomendaciones que hizo la Misión Electoral Especial. Debemos acabar el Consejo Nacional Electoral. Eso es una institución al servicio de los congresistas', precisó.
Frente a la amenaza de descertificación que Estados Unidos lanzó al gobierno colombiano, afirmó que como 'como colombiana me duele que la reacción no haya sido de parte de Colombia, porque cuando nos dimos cuenta que una de las condiciones de las Farc para la negociación era la suspensión de la aspersión en el Catatumbo, lo cual sucedió en el año 2014, hemos debido reaccionar como colombianos'.
Ramírez propone, por su parte, que la solución a la problemática de las drogas en Colombia pase por el sembrado de 10 millones de hectáreas de alimentos.
'Sembrar 10 millones que permitan mejores condiciones nutricionales y también de encadenamientos productivos. Dar estímulos para que haya industrias, procesadoras de alimentos cerca de los cultivos y promover asociatividad para que haya muchos productores de un mismo cultivo y produzcan juntos', indicó.
Y añadió: 'El Gobierno tiene que dar financiación, asistencia técnica, mejoramiento de semillas, y ayuda en la comercialización. Esto significa trabajos de mejor calidad para el sector rural y menos espacio para el narcotráfico'.
No obstante, criticó la sustitución voluntaria de cultivos que está plasmada en los Acuerdos de paz con las Farc, pues, tal como indicó, 'con la criminalidad no se puede ser transaccional. La ilegalidad se persigue y se frena. A la gente no se le dice: 'usted tiene permiso para seguir sembrando coca por dos añitos más'. Al narcotráfico no se le puede dar una licencia temporal'.