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Las elecciones presidenciales de Colombia en 2018 se vienen perfilando como una batalla entre coaliciones. Las encuestas en estas etapas iniciales de la campaña no muestran un candidato favorito que se esté despegando del lote. Al contrario, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro, el exgobernador de Antioquia Sergio Fajardo y la senadora verde Claudia López se reparten los primeros lugares.

Si bien cualquier medición de opinión a cinco meses de la votación refleja más recordación y buena imagen de los aspirantes que verdadera intención de voto, sí son útiles para determinar fuerzas relativas e ir decantando escenarios. Por ejemplo, la consistencia del apoyo petrista, los buenos números de la primeriza senadora López y el crecimiento de Fajardo indican la existencia de un bloque del electorado de centroizquierda e izquierda con ganas de darle una oportunidad a una candidatura de tercería.

Por el otro lado, la fuerte irrupción de Vargas Lleras en los linderos ideológicos del uribismo ha desatado otro pulso: la de los votos de la derecha. Mientras el jefe de Cambio Radical resucita credenciales de 'mano dura' con ayuda de la débil capacidad de maniobra del Gobierno en el Congreso, los precandidatos del Centro Democrático comenzaron por fin su proceso de selección. Mientras tanto, en lo que queda del centro, el recién elegido portaestandarte liberal Humberto de la Calle recoge en la reciente encuesta de Cifras y Conceptos los beneficios de su nominación y trata de alcanzar el lote escapado.

Si la victoria en 2018 dependiera de la habilidad de unir fuerzas bajo una sombrilla amplia y atractiva, ¿cuál es la temperatura de las alianzas o cercanías en la contienda presidencial? En otras, ¿cuál es el ‘estado de coalición’?

Fracturas en la tercería

Una de las apuestas más novedosas de la actual carrera por la Casa de Nariño es protagonizada por la Coalición Colombia. El triunvirato de Sergio Fajardo y los senadores Claudia López y Jorge Robledo surgió hace unos meses como la alianza de los sueños para los seguidores de la coalición del Sí en el plebiscito de paz. Este trío abría la oportunidad para muchos votantes de apoyar el acuerdo de paz de Juan Manuel Santos sin reelegir a los herederos presidenciales.

La narrativa promovida por los tres aspirantes apuntaba a romper el ciclo Uribe (2002-10) y Santos (2010-18) para elegir un nuevo gobierno cuyo abanico ideológico se extendería desde el centrista Fajardo hasta el izquierdista Robledo. El cemento que uniría tan extenso puente ideológico sería, según ese discurso, una mezcla de lucha contra la corrupción, anhelo de cambio, una alternativa independiente que no ha gobernado a nivel nacional y un alto capital ético.

Sin embargo, más que las condiciones externas, son las fragilidades internas las que amenazan con derribar el ambicioso puente. Mientras los apoyos de los tres aspirantes mantienen competitiva a la Coalición Colombia, la falta de acuerdo frente al método y mecanismo de selección del candidato ha develado serias fracturas. El mismo día en que Fajardo radicaba sus 981 mil firmas para inscribir su candidatura ciudadana, Claudia López publicaba un trino mañanero en que expresaba su 'tristeza' de que no hubiera cuajado la alianza.

El día, este viernes pasado, terminó con varios mensajes de optimismo de parte los senadores Robledo y la propia López. No obstante, Fajardo daría varias entrevistas donde expresó su molestia y su descontento al verse obligado de hablar del trino y no de sus firmas y su nuevo libro. En resumen, un desacuerdo que, al salir al público de esa manera, cayó como un balde de agua fría en momentos en que la Coalición Colombia debía estar celebrando su victoria contra el uribismo en Yopal. Los conductores de este tren iban con gran impulso –encuestas, Yopal, tutela para presentar listas conjuntas al Congreso y firmas de Fajardo – y jalaron el freno de mano bruscamente. ¿Habrá descarrilamiento este miércoles 6 en que se ven las caras de nuevo? ¿Llegarán unidos al 11 de diciembre, fecha de inscripción de listas?

Reality versus realidad

Por los lados de la derecha, la batalla continúa. El quiebre en mil pedazos de la Unidad Nacional le dio a Vargas Lleras el poder de ordenar a la bancada de Cambio Radical el retiro del apoyo a los proyectos de paz y desarmar las mayorías que funcionaron por siete años. El expresidente senador Uribe ya no ostenta el monopolio de la oposición ni es la voz más sonante contra el acuerdo de paz. Declaración tras declaración, jugada política regional tras jugada, Vargas Lleras pule credenciales para recoger el descontento de los votantes del No en el plebiscito del año pasado por encima de los uribistas.

El Centro Democrático, por su parte, dio inicio finalmente a su sistema de selección del candidato presidencial y oficializó su alianza con el expresidente conservador Andrés Pastrana. Más que votos, Pastrana trae a la mesa la carta de Martha Lucía Ramírez, candidata que sorprendió con su tercer lugar en 2014. La primera en caer en lo que los anti-uribistas han llamado el 'reality' de ‘El que diga Uribe’ fue la senadora costeña María del Rosario Guerra. Quede quien quede al final, y las apuestas están en el senador Iván Duque, el ungido tendrá que enfrentar una dura realidad: los votos opositores no están juntos bajo la bandera uribista, sino que deberá superar a Vargas Lleras y a Martha Lucía Ramírez.

Por ahora el 'estado de coalición' es dinámico. El futuro de la Coalición Colombia no es claro mientras que el del candidato uribista, como líder de la Coalición del No, tampoco. Los ejércitos están definidos, los comandantes generales aún no.

pachomiranda@hotmail.com