Gustavo Petro se podría definir como un hombre que genera controversia. A través de sus palabras y posiciones políticas, lo que diga o haga no deja de alimentar tanto a sus seguidores como a sus detractores. Es quizá por esta razón que en su cuenta de Twitter tiene 2,9 millones de seguidores y una cantidad considerable de me gusta y retweets a sus comentarios.
Por este mismo motivo ha sido uno de los precandidatos presidenciales que más ha llenado las plazas públicas del país en sus apariciones, aunque también ha generado rechazos, como sucedió hace pocos días en Cúcuta, donde la camioneta en la que se transportaba fue atacada con piedras, aunque en un inicio se decía que se trataba de ataques con armas de fuego. La Fiscalía negó que se tratara de esta última teoría, no obstante, Gustavo Petro llegó hasta instancias internacionales para denunciar la falta de garantías en su campaña.
Algunos lo tildan de extremista tanto por sus orígenes en la política como por su caracter reaccionario y la fehaciente defensa que hace siempre de sus planteamientos. Una de las principales propuestas con la que pretende llegar a la Casa de Nariño es con el rescate de lo público en sectores como la educación y la salud.
Este tipo de propuestas y sus fuertes pronunciamientos en temas tan álgidos como los impuestos han hecho que coyunturalmente algunos candidatos utilicen lo que dice Petro como parte de su campaña, argumentando principalmente que con la llegada de Petro a la Presidencia de la República, el país terminaría en una situación de crisis como la que atraviesa Venezuela o en manos de los jefes de la exguerrilla de las FARC, hoy conocidos como partido político.
'Desean ardientemente que las FARC me apoye. Pero no insistan, yo no soy de las FARC ni las FARC me van a apoyar, no harán parte de mi gobierno. Eso sí construiré el inicio de una era de paz', dijo en referencia a la posibilidad de que este partido político apoyara su candidatura.
Y es que siempre se ha mostrado abiertamente de acuerdo con el proceso de construcción de paz en el país, luego de haber hecho parte de la desmovilización de la guerrilla del M19 de la que empezó a ser miembro cuando tenía 17 años en 1977 y en la que llegó a ocupar una importante posición a corta edad.
Posterior a la entrega de armas de esta antigua guerrilla, Petro, al igual que otros exmiembros, comenzó a ser parte de la política nacional. Uno de sus primeros movimientos en esta materia fue hacer parte de la construcción del partido Alianza Democrática M19 y participar en la Constituyente de 1991, que dio origen a la actual Constitución Nacional. Luego fue elegido representante a la Cámara por Cundinamarca en 1994.
Una de sus grandes contribuciones al país fue haber denunciado la infiltración paramilitar en la política nacional cuando fue representante a la Cámara en el periodo 2002 – 2006. Fue el candidato que sacó la mayoría de votos de esta corporación con cerca de 79.000 apoyos. Desde su posición en el Congreso también le hizo una dura oposición al expresidente Álvaro Uribe Vélez en asuntos de gran controversia nacional.
Gustavo Petro, nacido en Ciénega de Oro, Córdoba, es economista de la Universidad del Externado de Colombia, tiene una especialización en administración de la Escuela Superior de Administración Pública e hizo un diplomado en Medio Ambiente y Desarrollo Poblacional en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). Posee estudios de doctorado en Nuevas Tendencias de la Administración de Empresas en la Universidad de Salamanca.
También hizo parte del movimiento de izquierda que conformó al partido Polo Democrático en 2005. Con esta colectividad participó al año siguiente en las elecciones a Senado y fue el candidato más votado de este partido y el tercero en el país con 143.000 votos. Durante ese periodo legislativo, fue uno de los senadores más populares. Esta fama lo catapultó como candidato presidencial en 2010, donde obtuvo cerca de 300.000 votos y ocupó el tercer lugar de la contienda.
Tras perder la posibilidad de ser presidente durante ese periodo, Petro se retiró del Polo Democrático y fundó el movimiento Progresista, con el que se lanzó a la Alcaldía de Bogotá en 2011. Ganó estas elecciones con 721.308 apoyos, seguido por el actual alcalde de esta ciudad, Enrique Peñalosa.
En la Alcaldía, Petro fue tan aplaudido como criticado, y terminó una administración que estuvo enmarcada por una serie de controversias, principalmente por la implementación de políticas públicas y por su destitución como mandatario, decisión que logró reversar para terminar su mandato.
Entre las políticas que sacó adelante están el consumo del mínimo vital de agua de manera gratuita en los estratos 1 y 2; la reducción de la tarifa del transporte público en 300 pesos; en el centro de la ciudad, transformó la carrera séptima en corredor peatonal; creó los centros móviles de atención a drogadictos y priorizó la atención de los habitantes de calle; aumentó el presupuesto de la educación y defendió el medio ambiente y a población LGTBI. Sin embargo, otros sectores de la ciudad se alejaron de su gestión y lo criticaron hasta el final de su periodo.
Ya en 2017 lanzó su candidatura presidencial por el movimiento ‘Colombia Humana’ con cerca de 800.000 firmas, pero condicionada a la participación en una consulta interpartidista de izquierda de la que inicialmente hacía parte Carlos Caicedo y Clara López, quien se retiró para apoyar al también candidato Humberto de la Calle. Petro, como indicaban las encuestas desde hacía varios días, salió victorioso en esta consulta y se perfila como uno de los candidatos más fuertes en la competencia por la Casa de Nariño.
Lo cierto es que la carrera política de Gustavo Petro, de 57 años de edad, no ha pasado desapercibida para muchos colombianos. Algunos, incluso, niegan que sea terco y que no escuche sugerencias. Como se lo dijo a Colprensa uno de sus hombres cercanos: 'no es cierto que no escuche ni acepte sugerencias. Gustavo, a diferencia de lo que muchos detractores aseguran, es una persona que escucha y atiende explicaciones y razones cuando estas están soportadas en cifras o argumentos reales y verificables', dice.
El analista Carlos Arias, por su parte, señala que este candidato es uno de los políticos más importantes de Colombia y 'tiene varios aspectos positivos como el perfecto manejo del discurso político y el conocimiento técnico en términos económicos y de la dinámica política del país'.
Con Arias coincide Yann Basset, quien asegura que Petro es un político muy hábil que ha sorprendido en esta campaña presidencial, a pesar de haber salido de la Alcaldía de Bogotá con una popularidad muy baja.
'La verdad es que ha dado una gran sorpresa al estar liderando en las encuestas y esto se debe a su habilidad política, a su facilidad de manejar el discurso y el desempeño en los debates que le ha permitido conectarse con el electorado, logrando sintonizar con algunos temas. Esto es una ventaja enorme en una elección presidencial', indica Basset.
Sin embargo, para Arias, una de sus grandes debilidades es que no ha logrado aterrizar sus propuestas, lo que le ha generado cierto rechazo en algunos sectores que ven en ellas unas posturas populistas. 'Debe aterrizar sus propuestas, no frente al país sino a otros colombianos que tienen un mayor conocimiento político y económico, y que claramente han entrado a debatirle muchas de sus tesis. Otro aspecto desfavorable es que su figura es un agente polarizador y esto puede alejarlo del centro ideológico para una posible segunda vuelta'.
Frente a sus debilidades, Basset indica que es una persona que tiene grandes dificultades para trabajar en equipo y esto se vio reflejado durante su administración en Bogotá. 'Su lado caudillista y su dificultad de trabajar en equipo la hemos visto en esta campaña. Él ha tratado de buscar alianzas con otros sectores, pero esta dificultad no le ha permitido consolidar acuerdos. Petro tiene muchas cualidades personales, pero su gran debilidad es lograr trabajar colectivamente'.