El nuevo Congreso, elegido el domingo pasado por casi 18 millones de colombianos, dejó una estela de hechos destacados en donde la mayoría de sectores tuvo un resultado positivo.
Con excepción del partido de La U, Opción Ciudadana y las Farc, con unos desempeños electorales mediocres, el resto de las fuerzas sumaron número de votos, más curules o no cayeron lo que los analistas les pronosticaban.
Este Legislativo que sesionará los próximos cuatro años giró un poco hacia la derecha, con las votaciones del Centro Democrático y los nuevos escaños de Cambio Radical. Al mismo tiempo tendrá la mayor representación de la izquierda y centroizquierda con 19 senadores de Verdes, Polo y Decentes más los cinco de las Farc en cumplimiento del Acuerdo de Paz. Las Farc arrancaron su línea base en democracia mucho más bajo de las encuestas: 0,34%. En el centro del espectro los partidos Liberal y Conservador activaron sus maquinarias y sólo perdieron un puñado de escaños en el Senado y mantuvieron representación en la Cámara baja.
Muchas maquinarias mantuvieron sus curules, muchos repitentes y herederos quedaron y la renovación se presentó mayoritariamente por la izquierda y la derecha. Este nuevo mapa político en el Senado y la Cámara de Representantes premió la oposición uribista, la estrategia de reclutamiento de maquinarias regionales de Cambio Radical, a los Verdes con Antanas Mockus y a los petristas. Castigó a las Farc, La U, Opción Ciudadana y al voto cristiano.
¿Cuáles son los impactos de estos resultados en la campaña presidencial? El Poliscopio los analiza:
Derecha e izquierda refuerzan cabeza a cabeza
Si bien las abultadas victorias del senador Iván Duque y del exalcalde Gustavo Petro no sorprendieron a nadie, la magnitud de ambas votaciones -6,1 millones en la primera y 3,5 millones en la segunda- ratificaron la condición de cabeza de las encuestas de ambas candidaturas. Mientras Duque consolidó su aspiración única por la antigua coalición del No y sumó a Marta Lucía Ramírez como fórmula vicepresidencial, Petro obtuvo la mayor votación por un líder de izquierda en la historia del país.
Duque sigue al centro
Tras la victoria en la consulta de la derecha, Iván Duque confirma que representa una especie de Uribismo 2.0 con cierta moderación en la retórica extremista, la inclusión de nuevos temas económicos y sociales y una apuesta a atraer nuevas generaciones. Lo anterior sin olvidar la trilogía básica del pensamiento uribista y los mensajes centrales de la oposición al gobierno Santos y al Acuerdo de paz con las Farc.
Todos los caminos de Duque apuntan ahora al centro. Es decir, a la seducción de los votantes conservadores -que sumaron casi dos millones- y a los de La U -1,8 millones-. El candidato único del uribismo cuenta con más facilidad para llegarle a los azules, más cercanos a Uribe, y ahí la presencia de la excandidata conservadora ayudará un poco.
Petro necesita aliados
La pobrísima votación de las Farc y el apoyo a Petro ratifican que el exalcalde capitalino es quien llevará los estandartes de la izquierda a la primera vuelta presidencial. No obstante, los números de la consulta, si bien altos, indican que el bloque de izquierda sólo puede ganar un cupo a segunda vuelta pero queda lejos de la mayoría.
Vargas Lleras se la juega toda
Los 2,1 millones de votos de Cambio Radical al Senado constituyen el último as bajo la manga de la candidatura de Germán Vargas para recortarle distancia en las encuestas a Petro y a Duque. El partido del exvicepresidente cambió el mapa político de la Costa Caribe, pero ahora necesita traducir ese apoyo en puntos porcentuales. Los próximos sondeos serán claves para demostrar que Vargas le puede competir a Duque y que su estrategia anti-Petro está dando resultados.
¿El Centro Unido..?
Los buenos resultados de la Alianza Verde, que duplicó su número de senadores, le dio aire a la aspiración de Sergio Fajardo, a quien le vaticinaban los analistas una debacle. Sin embargo, la alta votación de las consultas de izquierda y derecha marcaron un listón elevado para la Coalición Colombia. Una eventual alianza con Humberto De la Calle le generaría a Fajardo una posibilidad de crecer más allá de su nicho. De no ampliar esa base, el exgobernador antioqueño corre el riesgo de quedarse por fuera.