El último presidente caribe que tuvo Colombia fue Rafael Núñez Moledo. Su periodo final fue de 1886 a 1888, y se caracterizó por terminar de consolidar la denominada Regeneración que tuvo su expresión máxima en la Constitución de 1886, la cual –y de la mano de Miguel Antonio Caro– le imprimió una fuerte dosis de centralismo a la administración pública y puso en marcha otras medidas conservadoras.
Desde ese momento, la región no ha logrado volver a poner en el palacio presidencial a ningún otro de sus hijos y, además, e irónicamente, quedó relegada a un segundo plano en los asuntos decisorios a nivel político, muy a pesar del nada despreciable peso electoral con el que siempre ha contado.
Hoy por hoy, aunque ha habido importantes avances, el Caribe sigue estando en una posición desigual en comparación con otras zonas del país. Basta mirar, por ejemplo, los índices de pobreza y desigualdad que, en parte, se explican por la ausencia de una voluntad política que permita la llegada de un Estado garantista de mínimos vitales sociales.
Con esto, no son pocos los retos que la región tiene por delante de cara al próximo cuatrienio. ‘El Debate’, evento que se realizará el próximo jueves en el Coliseo de la Uninorte, y en el que participarán Germán Vargas, Iván Duque, Sergio Fajardo y Humberto De la Calle, servirá de espacio para conocer la visión que los candidatos presidenciales tienen sobre la región y su futuro mediato e inmediato, teniendo en cuenta, sobre todo, que ninguno es de la Costa.
De esta forma, se abordarán temas como la competitividad del Caribe y su posicionamiento frente a otros mercados, la consecuente solución a los temas de Electricaribe y la recuperación de la navegabilidad del Río Magdalena; aspectos sociales como el estado de la salud y de la educación; la descentralización y el futuro político y económico de los proyectos que surjan de la RAP; la implementación del Acuerdo de Paz a partir de las especificidades de la región; la solución al creciente problema de las seguridad ciudadana, la lucha contra la corrupción y el desarrollo de institucionalidad local, entre otros.
Pero la discusión también contará con tiempo para abordar la forma en que se deberán tramitar las grandes reformas nacionales como la política-electoral, la de justicia, la tributaria.
Será, en síntesis, un escenario para poder profundizar en el pensamiento y planteamientos de los presidenciables.