‘En Colombia tenemos que aprender a ser diferentes sin ser enemigos’. Estas posturas del candidato a la Presidencia para el periodo 2018-2022 por el movimiento ‘Coalición Colombia’ (Alianza Verde, Polo Democrático Alternativo y Compromiso Ciudadano), el antioqueño Sergio Fajardo Valderrama, son precisamente las que lo hacen ver como un político de esos que la gente denomina 'no tradicional', y a quien expertos ubican como un candidato de centro o como 'una opción descontaminada', otros más atrevidos lo catalogan como 'tibio', consideración a la que Fajardo responde sin sobresaltos, muy a su estilo, mostrando resultados de su corta, pero movida carrera pública: 'Siendo tibio le gané a las maquinarias de Medellín y fui gobernador de Antioquia', dice.
'Soy un político del siglo XXI que empezó tarde en esto', reconoce mientras se desmarca de las sombras que se posan sobre la clase política tradicional, lo mismo que de los extremos que -dice- polarizan al país. 'Estamos por encima de izquierda o la derecha, no cabemos en esas categorías (…) la política que he hecho es cívica e independiente, y hasta ahora nos ha ido muy bien', y exalta cómo en este milenio sus propuestas han generado confianza a los ciudadanos.
En el retrovisor de Fajardo se aprecia a la distancia la alcaldía de Medellín, cargo que le fue esquivo en el año 2000, y al cual llegó cuatro años más tarde (2004 y 2007) con el respaldo de 208.541 votos, más del doble de los que obtuvo el conservador Sergio Naranjo. Cinco años más tarde (2012 – 2015), fue elegido gobernador de Antioquia, cargo del cual salió, como de la alcaldía, sin notas en rojo.
A pocos días de cumplir sus 62 años de edad (19 de junio) y, según las encuestas, disputándose con el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro el puesto por la segunda vuelta (17 de junio), superando incluso al curtido Germán Vargas Lleras, las miradas se posan sobre Fajardo, quien podría sorprender en las elecciones de este domingo. 'Nuestras campañas son las calles y las universidades...', dice Fajardo, quien ha dejado de lado la tan tradicional plaza pública, para concentrarse en la cercanía con la gente.
Y es precisamente la educación el tema que más representa lo que es este matemático de profesión, además de la lucha frontal que dice va a emprender contra la corrupción. Estos y otros planes son respaldados por escuderos como Antanas Mockus, la votación más alta a Senado en las parlamentarias del pasado 11 de marzo (después de Álvaro Uribe), y se suman Jorge Robledo y Claudia López, su fórmula vicepresidencial, un importante caudal electoral cuyos protagonistas remueven los recuerdos de lo que se conoció como la ‘Ola Verde’.
'No vamos a pagar un solo peso por un voto', reitera Fajardo y se abstiene prudentemente de mencionar nombres de sus contendores. Su campaña ha sido hasta el momento la más austera reportando ingresos por 5320 millones de pesos y gastos por 3204 millones.
En caso de llegar a la Casa de Nariño, uno de los retos para Fajardo es claramente la convocatoria en el Legislativo para sacar adelante sus propuestas. Ante esto plantea construir el plan de desarrollo para las regiones, eso sí 'dejamos claro que no hay nada para negociar', concluye el aspirante.
La vicepresidenta
'No me cabe la menor duda de que Claudia López es hoy la mejor candidata para la Vicepresidencia...', fueron las palabras de Fajardo cuando oficializó el nombre de la senadora del Partido Verde como su fórmula vicepresidencial.
Politóloga de profesión, López ha sido considerada como el contrapeso que requería Fajardo para llegar a la Casa de Nariño, esto debido al carácter frentero y sin mordazas que la caracteriza desde su aparición en la vida pública cuando estuvo ligada al movimiento estudiantil de la ‘Séptima papeleta’ (1989). Ha sido consultora de Naciones Unidas, investigadora para la Corporación Arcoiris y la Misión de Observación Electoral (MOE) y una de las más duras críticas del expresidente Uribe.