Caía una lluvia microscópica en el Centro de Bogotá. Todo alrededor de la entrada principal era caótico porque policías, guardas de seguridad y periodistas se agolpaban en ella. Desde las 7:30 de la mañana se veía un movimiento inusual, caras nerviosas, fotógrafos con grandes cámaras, a la expectativa de lo que iba pasar ¿Habría alguna sorpresa? ¿A qué hora llegaría? ¿Quién lo acompañaría? ¿Le dirá algo a la prensa? Eran las preguntas que circulaban entre las personas que lo esperaban.
La cita era a las 9:00 de la mañana, sin embargo, todos lo que los esperaban no querían arriesgarse a perder ni un solo detalle. Él entró pocos minutos después de la hora acordada, por la llamada ‘puerta blanca’ de la Casa de Nariño.
- Señor Presidente, gusto en saludarlo
- Muchas felicitaciones, muy bienvenido a su casa, respondió el Presidente
- Muchas gracias, contestó el invitado.
El invitado era Iván Duque, el presidente electo de Colombia, que empezará a ocupar la Casa de Nariño el 7 de agosto de 2018. Vestía un traje azul oscuro, corbata naranja y camisa celeste, y fue recibido por el mandatario en ejercicio, Juan Manuel Santos, quien llevaba un traje negro, camisa blanca y corbata amarilla.
Lo primero que hicieron fue un recorrido por la casa privada del presidente, lejos de las cámaras de los periodistas. Allí estuvieron más de una hora conversando de varios asuntos. Según se conoció, fue un encuentro agradable, tranquilizador para ambos dirigentes, luego de haberse declarado opositores en muchos aspectos durante los últimos cuatro años de la administración Santos. Allí tuvieron tiempo para que el equipo de prensa oficial les tomara unas fotos para tranquilizar a la prensa que quería saber todos los detalles del encuentro.