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Los resultados de las elecciones legislativas del 11 de marzo y de la segunda vuelta presidencial del 17 de junio, pusieron sobre la mesa un nuevo mapa político que definirá la suerte de buena parte de los proyectos y las reformas que se tramitarán durante el próximo cuatrienio. 

Iván Duque Márquez, presidente electo del Centro Democrático con más de 10 millones de votos –quien superó a su contendor Gustavo Petro con ocho millones de sufragios, y se posicionó de esa forma como el presidenciable más votado en la historia– llega a la silla presidencial acompañado de lo que serían unas fuertes mayorías que le darían amplio margen de acción al interior del Congreso de la República. 

Y es que si bien el nuevo mandatario todavía no ha nombrado a su gabinete –hecho con el que se podrá entrever hasta dónde los partidos que lo apoyaron tendrán injerencia en su gobierno– las alianzas que en efecto Duque recibió luego de la primera vuelta, más la votación que esta semana el Senado realizó para aplazar la discusión de la Justicia Especial para la Paz, evidenciaron, al menos, un movimiento de las fuerzas políticas.

El pasado lunes la mayoría del Partido Conservador y de Cambio Radical en la cámara alta alzó su voz de rechazo a que la JEP avanzara en su discusión. La Cámara de Representantes, por el contrario, escuchó el llamado de urgencia que el Gobierno Nacional hizo para que dicho proyecto se debatiera, y le dio luz verde al mismo. La Corte Constitucional, por su parte, tras reunirse con Duque, indicó que a los Acuerdos de Paz no se les podían hacer cambios profundos. El pulso finalmente al parecer lo ganó el presidente Juan Manuel Santos, y todo indicaría que no habrían más obstáculos para que el Senado aprobara el proyecto.  

Más allá de ese proyecto, que por lo demás sigue su curso en un Congreso que está por renovarse, lo cierto es que el Centro Democrático –que antes actuó como bancada de oposición– se erige ahora como el partido político con más curules en el Senado electo –19 de 107– y el segundo en la Cámara – 32 de 171–. 

Si a esa fuerza se suman las curules del Partido Conservador, Cambio Radical, los liberales, el Mira –colectividades que manifestaron su apoyo a Duque tras la jornada del 27 de mayo– y buena parte de La U, se estaría hablando de que el ‘duquismo’ tendría cerca de 80 senadores y 143 representantes. 

Las mayorías absolutas, que son las que se implementan para las reformas constitucionales y para las normas sobre el presupuesto, estarían sobre los 53 votos. Así, pues, el presidente tendría holgados márgenes de acción.