Las conversaciones interceptadas a Roberto Prieto -exgerente de la campaña reeleccionista de Juan Manuel Santos en 2014 y coordinador de la misma en 2010, cuando aspiró por primera vez a la Casa de Nariño- no solo dejan en evidencia que se trata de una persona 'muy mal hablada', sino -sobre todo- de un hombre angustiado y con una capacidad enorme para obstruir las investigaciones en su contra.
Las conversaciones más recientes -divulgadas esta semana por Vicky Dávila en La W- también lo muestran vehemente e incondicional a la hora de defender a Santos, como se lo dijo a Enrique Riveira, secretario privado del Presidente: 'Al Presidente nadie lo está defendiendo, porque son unos cobardes', le dice Prieto en una de las conversaciones interceptadas. 'Voy a hacer lo que no ha hecho este ‘hijueputa’ gobierno: defender a su presidente. Ustedes están en la Presidencia escondidos y yo en la calle como un delincuente. Todo esto lo hacen porque están agarrados del poder. Pero ya no aguanto más, voy a hablar con Blu Radio', le dice Prieto, angustiado y furioso, a Riveira.
De las llamadas interceptadas a Prieto la que más llama la atención es la que sostiene con el presidente Santos, quien lo contacta desde el conmutador de la Casa de Nariño. El diálogo se llevó a cabo el 10 de marzo de 2017, cuando estaba en pleno furor el escándalo de los dineros de Odebrecht a las campañas presidenciales en Colombia, incluyendo la de Óscar Iván Zuluaga y la del propio Santos. En ella Santos indaga por algunos pormenores de la campaña de 2010, que -al parecer- desconoce y que tienen que ver con reuniones sostenidas por integrantes de su equipo con altos funcionarios de la multinacional brasileña Odebrecht, interesados en colaborar con la campaña.
Santos le pregunta a Prieto que sabe de 'eso del esposo de María Fernanda Valencia'. Prieto le responde que se trató de una reunión celebrada en el hotel Casa Medina a la que asistieron miembros del comité financiero de la campaña, entre ellos Juan Claudio Morales, Esteban Orlando Sardi, Consuelo Caldas, Eduardo Zambrano y Luis Bueno, quien asistió como delegado de Odebrecht. Prieto le dice a Santos que esa reunión fue en 2010 y que en ella se convino un aporte 'en especie' para la campaña. Sobre ese aporte -dice Prieto a Santos- Odebrecht pagó los afiches, que fueron contratados con la empresa de María Fernanda Valencia y de su esposo. El aporte habría sido de 450.000 dólares, que fueron cancelados a Impresas Group para que elaborara dos millones de afiches para la campaña.
En la conversación, Santos indaga por el 'marido de esta vieja Valencia' y pregunta si ese dinero que se pagó por los afiches '¿se reportó en mis cuentas?', a lo que Prieto le responde que no, 'porque ese fue el acuerdo con Odebrecht'.
Aparte de Santos y Riveira, Prieto también habla con Luis Fernando Arboleda, expresidente de Findeter, con Eduardo Zambrano, quien jugó un papel muy importante para que Odebrecht hiciera los aportes a la campaña presidencial de Santos. Hay otra conversación interceptada por la Fiscalía General, en la que Prieto habla con mucha confianza con una mujer a la que llama Claudia -al parecer se trata de Claudia Castro, asesora de la primera dama, María Clemencia Rodríguez de Santos- a quien le dice: 'Hay que salvar al Presidente. Si ellos no quieren salir, hay que hacerlos salir, Claudia'.
Que Prieto y sus amigos echen 'madrazos', cada cinco minutos en sus conversaciones telefónicas privadas, no constituye delito alguno. Pero que Prieto y sus amigos cuadren los términos de las conversaciones para obstruir la justicia si es una conducta muy grave. Los 'hijueputazos' de Prieto a sus antiguos aliados no aportan nada a las investigaciones, pero las incriminaciones y las absoluciones que se desprenden de las conversaciones interceptadas sí podrían servir para conocer cómo fue que llegó la plata de Odebrecht a las campañas presidenciales de Santos, tanto de 2010 como de 2014, quienes las recibieron y cómo las distribuyeron.
Las interceptaciones evidencian además, que la relación de Prieto con la Casa de Nariño siempre ha sido fluida y directa, pues no solo habla con Santos, sino que en otra conversación revelada hace algunos meses -que se habría llevado a cabo el 21 de abril de 2017, es decir un mes después de haber hablado por teléfono con Santos- dialoga con una mujer a la que llama 'María Clemencia' y a quien le dice que 'los quieren acabar'.
Poco antes de terminar la conversación, 'María Clemencia' le dice a Prieto que 'pronto nos abrazaremos', mientras le hace saber que está 'al frente del cañón' en lo que tiene que ver con su defensa.
Hay otra conversación de Prieto con Claudia Castro, efectuada el 8 de mayo de 2017, luego de que Santos afirmara en una entrevista a RCN Radio que se sentía 'traicionado' por Prieto. En ella, Castro le dice a Prieto: 'Ella quiere hablar con usted mañana'. A lo que este le responde: '¿Quién?'. 'Hijueputa, Roberto, hágame la vida fácil', replica Castro. '¿Ella o él?', insiste Prieto. 'Ella -responde Castro- con un mensaje, está buscando si en la casa de ella o de la mona'.
Para la Fiscalía, en esta conversación Claudia Castro sirve de intermediaria para que se lleve a cabo una reunión de Prieto con la primera dama, para conversar sobre la afirmación de Santos de considerarse 'traicionado' por Prieto, declaración que molestó muchísimo al exgerente de la campaña de Santos.
Luego de escuchar las conversaciones interceptadas -las recientes y las antiguas- no quedan dudas de que si bien es cierto que Prieto ha tenido que desempeñar el papel del malo de la película, hay otros protagonistas que deberían dar explicaciones sobre el grave y delicado asunto de los dineros de Odebrecht en las campañas presidenciales de Santos.
¿Para que sirven las conversaciones interceptadas a Prieto? ¿Es posible que se reabran las investigaciones a Santos por la financiación de sus campañas por parte de Odebrecht?
¿Porqué el CNE archivó la investigación contra Santos?
Varias conversaciones interceptadas a Prieto, entre ellas las sostenidas con Eduardo Zambrano y Andrés Giraldo, muestran su propósito de 'maquillar' las cuentas de la campaña de Santos, en especial las que tienen que ver con los dineros recibidos por parte de Odebrecht. En una de ellas —realizada el 11 de mayo de 2017— Prieto le dice a Giraldo que ya abrieron investigación preliminar por el 2010, 'yo estoy haciendo trámite para que los brasileros digan que el acuerdo económico de ese año lo hicieron con el comité financiero'. En ella también hablan de cuadrar las cuentas que presentaría ante el Consejo Nacional Electoral (CNE). 'Eso lo puedo arreglar, porque solo tengo registrados 140 millones de pesos y si preguntan en el CNE, me toca cuadrar diciendo que sólo hicimos una encuesta de base de 100 millones'. En las conversaciones de Prieto queda claro que en ambas campañas presidenciales de Santos hubo aportes irregulares y se violaron los topes. Esa también es la creencia de la Fiscalía. Pero el CNE determinó otra cosa y archivó la investigación contra Santos al considerar que no hay pruebas directas de que tuvo conocimiento de las operaciones que se llevaron a cabo. Sería bueno que el CNE —donde Prieto le dijo a Giraldo que tiene un magistrado que lo está 'ayudando'— diga por qué archivó la investigación, cuando todavía se desconoce casi todo lo que tiene que ver con el ingreso de los dineros de Odebrecht a la campaña de Santos.
Prieto, preso por un puente en Plato
Nadie mejor que Roberto Prieto sabe cómo llegó la plata de Odebrecht a las campañas presidenciales de Santos. En la primera fue coordinador y en la segunda gerente. Prieto está preso por falso testimonio, falsedad en documento privado, tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito e interés indebido en la celebración de contratos. Ninguno de esos cargos -sin embargo- tiene relación con Odebrecht, ni mucho menos con las campañas de Santos. Se refieren a un contrato menor que tiene que ver con la concesionaria Yuma, cuyo dueño es la multinacional italiana Impregilo, relacionado con la construcción de un puente en Plato, Magdalena, cuyo monto asciende a unos $7.000 millones. Odebrecht no aparece ni en las curvas. En ese negocio, Prieto se habría ganado $650 millones, por diligenciar ante la ANI que el contrato fuera adjudicado a la firma Consultores Unidos, subcontratista de Yuma, firma que pertenecía a quien entonces era su amigo y hoy su enemigo, Eduardo Zambrano, asesor de Odebrecht, detenido en su casa y principal testigo en su contra. ¿Cómo se explica que Prieto no esté preso por Odebrecht? Que lo explique la Fiscalía y el juez que lo condenó por un puente en Plato.
¿Quién desenreda la pita de Odebrecht?
Por cuenta de los dineros de Odebrecht hay varios presos en Colombia. Declaraciones de algunos de sus directivos tienen en la cárcel a ex viceministros como Gabriel García Morales, excongresistas como Bernardo ‘Ñoño’ Elías, Musa Besaile y Plinio Olano, entre otros. No obstante, ninguno de ellos —pese a su mala fama y su exposición mediática— es un pez gordo en el tema de Odebrecht. Un pez gordo es Prieto. Pero Prieto está preso por el puente de Plato y no por Odebrecht. Punto. El único que lo mencionó con nombre propio fue Otto Bula, excongresista de Córdoba, quien declaró que le entregó un millón de dólares en un restaurante de Bogotá. La pregunta sin respuesta es si esa plata la dio a nombre de Odebrecht para la campaña de Santos o para Prieto. Quien debe armar el rompecabezas es la Fiscalía, que considera que Prieto es la pieza clave para aclarar los 450.000 dólares que entraron en 2010 por cuenta de los famosos afiches y el millón de dólares de la supuesta encuesta que habría realizado Sancho BBDO para la campaña de 2014. Prieto es la 'garganta profunda' que guarda esos secretos y que —por ahora— solo se desahoga a punta de 'madrazos'.
Prieto y la familia presidencial
Roberto Prieto y Juan Manuel Santos y su familia son amigos desde hace mucho tiempo. Las conversaciones así lo muestran, inclusive la que sostienen el presidente de la República y el exgerente de su campaña, luego de que se desatara el escándalo de los dineros de Odebrecht. En esta conversación llama la atención que Santos ignorara información elemental de su campaña, como la de la sede de la misma, así como el nombre de funcionarios muy importantes de la misma, como el del gerente. El trato que recibe por parte de 'María Clemencia' —que para los investigadores de la Fiscalía General es la primera dama, María Clemencia Rodríguez de Santos— también es cálido, afectuoso y solidario. Aquí también hay preguntas sin respuestas: ¿La reunión de Prieto con María Clemencia, que gestionó Claudia Castro, se llevó a cabo? Si fue así, entonces habría que saber ¿en qué términos se realizó, pues, al parecer, de lo que se trataba era de aclarar por qué Santos se había considerado 'traicionado' por Prieto? El delito de amistad no existe. Todo lo contrario: con los amigos lo que debe primar es la lealtad y la solidaridad. Y a juzgar por las conversaciones interceptadas, la lealtad de Prieto —que en varias oportunidades dice que hay que salvar al presidente— no admite ningún tipo de dudas.