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Mucho ha llamado la atención la votación que le impuso el Estatuto de la Oposición al Partido de la U para definir si se declaraba gobiernista o independiente: 25 votaron el miércoles por lo primero y 16 por lo segundo. Esta resquebrajadura tiene en estos momentos a voceros de uno y otro bando enfrentados a través de los micrófonos y las redes sociales y también tiene en ascuas al gobierno de Iván Duque pues el apoyo de la colectividad le significa ratificar una apretada mayoría en el Senado.

Es más llamativo aún el hecho que cruza la historia de la U, pues se formó entre 2005 y 2006 de una disidencia liberal al mando del expresidente Juan Manuel Santos pero para apoyar la reelección de quien luego fuera su más férreo opositor: el hoy senador y líder político del Centro Democrático, Álvaro Uribe. Y, se podría decir, entre santistas amigos de la paz y uribistas amigos del nuevo gobierno está dividida la bancada.

Este panorama deja al duquismo con 54 votos de los 55 que necesita para ser mayoría en la cámara alta -eso si toda la U vota en bloque, porque los rebeldes consideran que no están obligados a ello- y con 79 votos de los 87 que necesita para tener las mayorías en la cámara baja.

La pelea al interior de la colectividad ha corrido por cuenta de senadores como Eduardo Pulgar, quien aseguró a medios de comunicación: 'Cuando el presidente Uribe era el mandatario se creó el partido y aunque Santos ayudó a impulsarlo, Uribe es el fundador. La U es con la ‘u’ de Uribe, no con la ‘s’ de Santos'.

En términos similares se refirió al tema José David Name: 'Esa U no es de ‘unidad’; esa U significa ‘Uribe’. Vamos a ser realistas'.

El senador Roosvelt Rodríguez respondió: 'El origen del partido no es de Álvaro Uribe, la U se creó en el gobierno de él, pero bajo la batuta de Juan Manuel Santos y esto no se puede interpretar como un regreso a las huestes uribista'.

El senador Roy Barreras, escudero de Santos y quien incluso formó parte de la mesa de paz de La Habana aseveró que 'cuando hay diferencias ideológicas irreconciliables al interior de un partido sobre la paz, sobre las víctimas, sobre la solución dialogada, sobre los derechos de las minorías y, en general, sobre las libertades civiles, se hará necesaria la escisión del partido'.

En respuesta, Name advirtió 'Si Roy Barreras no está de acuerdo con nosotros y se quiere ir del partido, entonces que se vaya. Roy Barrera no acepta perder'.

Y otra polémica dentro de esta colectividad la encendió el senador barranquillero Armando Benedetti, al trinar: 'El Gobierno que se autodeclara histórico porque no ofrecerá mermelada, le ofreció en el Club de Ejecutivos mermelada a los congresistas que votaron por ser coalición. En lo que a mí respecta voy a buscar la figura jurídica de la escisión para declararme en libertad, porque la decisión que tomó el partido quiere decir que tienen que apoyar la reforma tributaria'.

La contestación se la dio el Alto Consejero presidencial para la Política, el magangueleño Jaime Amín: 'Nada se hizo con cálculos políticos. Yo he tenido estos 30 días más de 115 reuniones en mi oficina en Palacio y por fuera de ella, como la que se dio ayer (el miércoles) por invitación de un grupo de representantes de la U, ellos me invitaron. (...) En ningún momento desde el gobierno se le ofreció algo a los integrantes de la U. (...) El ladrón habla por su condición. El discurso del presidente ha sido uno solo, no hay uno por abajo, y otro por encima de la mesa'.

Y Name calificó de 'canalla' a Benedetti por los señalamientos de la ‘mermelada’: 'Que Armando Benedetti y Roy Barreras se calmen. No pueden salir como malos perdedores'.