La visita del presidente Iván Duque al departamento del Atlántico para realizar el taller Construyendo País, sirvió para que el jefe del Estado conociera de primera mano la 'letra menuda' de varios asuntos de suma importancia para la Región Caribe que deben ser atendidos y resueltos con urgencia. La crítica situación no da espera y el Gobierno Nacional debe mostrar resultados satisfactorios en los próximos meses.
El primero de los asuntos prioritarios tiene que ver con la consecución del nuevo operador de Electricaribe, empresa que se encuentra intervenida por el Gobierno Nacional, sin que hasta el momento se vislumbre una solución definitiva a la crisis que atraviesa, lo que se traduce en un pésimo servicio a más de 7 millones de usuarios. Ponerse al frente de la situación para encontrar una solución definitiva fue uno de los compromisos del entonces candidato presidencial del Centro Democrático.
El otro asunto de suma importancia para Barranquilla en particular es el que tiene que ver con el futuro inmediato de la Triple A. La medida cautelar que tomó la Fiscalía General de embargar el 82 por ciento de las acciones de la empresa perteneciente a la española Inassa, con el objeto de someter dicho porcentaje a extinción de dominio, embarcó a la compañía en una especie de 'vuelo turbulento' que podría comprometer, inclusive, la prestación del servicio, considerado uno de los menores del país.
En materia de infraestructura son muchos los pendientes que están por resolverse, empezando por la recuperación de la navegabilidad del del Río Magdalena, cuya suerte aún sigue sin esclarecerse por cuenta de la no definición de la llamada APP del Río. El compromiso de la ministra de Transporte, la Barranquilla Ángela María Orozco, es encontrarle una salida a la crisis en los próximos meses. Pero en esta materia también están pendientes la doble calzada Barranquilla-Ciénaga, la llamada vía de la Prosperidad y la culminación del Puente Pumarejo II.
La llegada masiva de venezolanos a la Región Caribe terminó por convertirse en un asunto prioritario a la hora de definir recursos para los próximos años. El Gobierno Nacional no puede hacerse el de la vista gorda con este éxodo impresionante de hermanos venezolanos que ingresan todos los días por la frontera con el vecino país, en busca de un mejor futuro para su familia. La tragedia humanitaria que vive Venezuela por cuenta del régimen chavista y el éxodo de sus habitantes, terminó causando en las poblaciones de la Región Caribe una enorme crisis social que desbordó los presupuestos de alcaldías y gobernaciones de la Región. Está visto que la gravedad de la situación amerita un tratamiento multilateral, que comprometa a varios países, así como organismos internacionales, como las Naciones Unidas y la OEA.
La desigualdad social de la Región Caribe también debe ser atendida con urgencia por el Gobierno Nacional. En el Presupuesto General de la Nación deben destinarse varios capítulos para hacerle frente al drama que viven millones de hombres, mujeres y niños, que viven en condiciones muy precarias. La muerte por desnutrición y por física hambre de nuestros niños en La Guajira es una tragedia social que debe acabarse durante el gobierno de Iván Duque. El Estado no puede seguir siendo indolente ante el dolor de cientos de familias, que ven como todos los días mueren sus niños y niñas.
La informalidad laboral y el rebusque -que muchas veces son mostrados como logros en la generación de empleos- son prácticas degradantes, que atentan contra el principio elemental del trabajo digno. La 'supervivencia' no puede considerarse como un empleo, puesto que no es nada distinto al llamado 'rebusque'. No hay en dicha actividad ningún respeto por los derechos de los trabajadores, ni mucho menos las garantías mínimas necesarias para desempeñar cualquier tipo de función.
El presidente Duque tiene, pues, la enorme responsabilidad de ponerse al frente de todos los compromisos que adquirió ayer durante el desarrollo del taller Construyendo País. Ya el tiempo de las promesas a la Región Caribe quedó atrás. Ahora es la hora de las realizaciones. Manos a la obra.