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Tras tener una semana agitada en el Congreso, ayer nuevamente regresó a la plenaria del Senado la reforma a la justicia para su segundo debate.

La iniciativa ha recibido críticas de muchos expertos, entre esos, el Consejo de Estado que se refirió a los cinco 'no' a la reforma.

Pero precisamente el presidente del Consejo de Estado, Germán Bula Escobar, se refirió nuevamente a este tema con EL HERALDO, luego de asistir a la apertura del programa de pedagogía jurídica 'Justicia abierta: diálogos con la comunidad', que se celebró en la capital del Atlántico.

El magistrado fue tajante y dijo que en primer lugar 'no es una reforma', sino que se necesitan una serie de reformas: de índole constitucional, ley estatutaria, ley ordinaria, decretos reglamentarios o ejecutivos y otras de naturaleza operacional (presupuesto y tecnología). 

'Las reformas son muchas. Pero la reforma desde su nacimiento, o así la vemos nosotros, no tenía la pretensión de ser la reforma del fin del mundo, la gran reforma, la única, la integral definitiva, no. Es una reforma a la que se le escapan muchos temas, que incluye temas que no debió incluir. Pero es una reforma que con las debidas intervenciones aún se puede mejorar más, puede convertirse en una reforma fase 1 y luego vendrán otras, siempre y cuando contenga los asuntos centrales, porque hay unos asuntos accesorios que si van o no van, no estamos tan interesados en discutir eso', manifestó.

Sobre qué hay detrás de una Corte única, Germán Bula Escobar indicó que no 'pescan en conciencia ajena', pero explicó que en América Latina la totalidad de países tienen el modelo americano de una sola corte. 

Sin embargo, dijo que en Europa, exactamente en Francia, el modelo es similar al colombiano y en Alemania, existen seis cortes. 'No hay una formula única y no vemos la razón por la cual, esto que ha funcionado en Colombia, deba cambiarse por una corte única, lo cual naturalmente genera suspicacia; pero en ese terreno que es más político que judicial nosotros no opinamos', sostuvo.

El magistrado cree que hay dos talanqueras en la reforma, uno de ellos está en el imaginario público de que las Cortes 'no nos dejamos reformar'; sin embargo, dijo que en verdad el Consejo de Estado está empujándola para que se haga, aunque hay 'caballitos de batallas' que no deben estar, como el Tribunal de Aforados, que funcionaría como otra alta corte.

'En el 2015 pregunté: ¿quién va a vigilar a ellos? y dijeron la Comisión de Acusaciones. Entonces dijimos: la Comisión de Acusaciones no sirve para las altas cortes tradicionales, pero si sirve para la nueva que van a crear. Es decir, vienen con otro discurso. Preguntamos nuevamente este año: ¿quién controlará el famoso y tristemente Tribunal de Aforados? Y nos dijeron: ellos mismos. Ahh, entonces para el Tribunal sirve el autocontrol, pero no sirve para la Corte Suprema, Consejo de Estado y la Corte Constitucional, es decir, carece de sentido', sostuvo.

El magistrado señaló que regularmente las reformas a la justicia son políticas y buscan cobrar venganza o generar equilibrio de poder con las Cortes.