En menos de un año, cuando se supone que los colombianos todavía estamos en plena luna de miel con el nuevo gobierno, Iván Duque ha tenido que capotear dos hechos sociales y económicos que podrían comprometer su mandato: el desempleo y la pobreza. Ambos galopan desbocados sin que nadie en el Ejecutivo se percate de la grave situación.
En la búsqueda de explicaciones y hasta de justificaciones, algunos amigos y funcionarios del Gobierno coinciden en un nombre como el gran responsable de lo que sucede: Juan Manuel Santos, a quien señalan de ser el artífice del mal momento. Otros, como el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, descargan la responsabilidad en el éxodo de venezolanos al país. Unos y otros están de acuerdo -eso sí- en que Duque está tratando de apagar el incendio que Santos provocó con su negociación con las Farc.
Pero mientras los indicadores económicos en su inmensa mayoría -en especial los que tienen que ver con sectores sociales- tienen activadas sus alarmas, el Gobierno insiste en concentrar sus energías en hechos y personajes que distraen su atención y lo alejan del foco de lo que en realidad importa a los colombianos. Uno de dichos personajes es alias Jesús Santrich, un jefe de segundo nivel de las desaparecidas Farc, cuya suerte hoy depende única y exclusivamente de decisiones judiciales, ya sea de la Corte Suprema de Justicia o de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP).
Uno de los primeros que llamó la atención sobre el creciente deterioro de los indicadores económicos fue el presidente del Banco de la República, Juan José Echavarría, quien se refirió tanto a la enfermedad, como a sus causas. Para Echavarría, la polarización política empezó a tener efectos nocivos en la economía y ya es hora de que todos tomemos conciencia de ello.
De todos los indicadores con luces amarillas encendidas, los más preocupantes son dos, por sus efectos directos en los sectores más vulnerables de la población: el desempleo y la pobreza. Mientras el desempleo mantiene la tendencia creciente que traía en los últimos meses, la pobreza se incrementó de forma extraordinaria en el último año.
Según el más reciente informe del Dane, dado a conocer el pasado viernes, la tasa de desempleo se ubicó en abril en 10,3 por ciento. Es decir, siguió creciendo, puesto que subió un 0,8 por ciento comparado con el mismo mes del año pasado. Cartagena y Barranquilla son las únicas ciudades de la Región Caribe con desempleo inferior a un dígito. La primera con 7,5 por ciento y la segunda con un 8,0 por ciento.
En lo que tiene que ver con la pobreza, el mismo Dane mostró hace tan solo algunas semanas unas cifras alarmantes, tanto para el país en general, como para la Región Caribe en particular. En efecto, según el Dane, la reducción de la pobreza -que venía con buen ritmo- se estancó el año pasado. Y algo mucho peor: no solo se estancó, sino que creció, tanto la monetaria como la multidimensional. La primera pasó de 26,9 por ciento en 2017 a 27 por ciento en 2018. Es decir, el año pasado hubo en el país 200.000 nuevos pobres, cifra que se sumó a los 13,8 millones de pobres calculados en el país. La pobreza multidimensional -que mide las privaciones en Educación, Salud, Servicios Públicos, Niñez y Juventud, entre otros- también se incrementó de forma extraordinaria. Pasó de 17,8 por ciento en 2016 a 19,6 en 2018. En plata blanca ello significa que en los últimos dos años 1.1 millones de colombianos cayeron al foso de la pobreza multidimensional.
Los indicadores -en lo que tiene que ver con la reducción de la pobreza- dejaron de ser alentadores para convertirse en preocupantes. Es decir, los pobres en Colombia en lugar de disminuir, como suele ocurrir por cuenta de las decisiones que adoptan todos los gobiernos, comenzaron a crecer, lo que termina por agravar la situación.
La razón natural indica que a mayor número de desempleados y de pobres, mayor es la desigualdad, lo que quiere decir que la brecha social que separa a los pocos que tienen mucho de los muchos que tienen poco es cada día más grande. ¿Qué llevó al país a esta delicada situación y qué hacer para superar la crisis?