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El nuevo presidente del Senado, el liberal bolivarense Lidio García, en su discurso de posesión dejó en claro que llegó a reemplazar a Ernesto Macías, pues mientras el saliente directivo uribista escandalizó con su discurso iniciático feroz y con retrovisor, el carmero puso de presente que están él y su bancada mirando hacia el futuro y que este es sinónimo de la paz.

En su pronunciamiento ante el pleno de la cámara alta, titulado ‘Un partido único llamado Colombia’, arrancó mencionando una paradoja al respecto: 'Mientras la comunidad internacional aplaude el más reciente acuerdo para poner fin a uno de los conflictos más antiguos de su mundo, en Colombia nos seguimos descuadernando en favor y en contra de lo que, a estas alturas, debería ser un hecho cumplido'.

Trajo a colación la era de violencia que vivió su tierra natal, El Carmen de Bolívar, durante la época más dura de la guerra: 'Según la Universidad del Norte, entre 1980 y 2019 se produjeron en el país 1.978 masacres. (…) Yo vengo del Carmen de Bolívar, de los Montes de María, una región en la que se cometieron 455 de esos espectáculos brutales en los que era evidente el poder absoluto del actor armado sobre las víctimas. (…) ¿Es que acaso las echamos de menos? Las preguntas no son solo para los que con discursos obstinados se niegan a aceptar que ya no estamos en confrontación, sino para quienes, señalando con tozudez a los otros, utilizan también tonos guerreristas de desestimación'.

Propuso que 'el reto no es cómo rectificar los acuerdos de paz, sino cómo aplicarlos de la manera más conveniente. Ningún pacto es perfecto. Este, es verdad, tiene sus erratas, seguramente menores de las que tuvieron los siete procesos de paz que le antecedieron, porque toda negociación mejora la siguiente, pero es el que logramos, con la mediación no de un gobierno sino del Estado. Ya fue suficiente. Por favor'.

Mencionó en este aparte que el desafío es buscar los recursos para la implementación y proteger a quienes regresan a sus tierras o buscan espacios de participación democrática, 'para no repetir experiencias de exterminio que aún siguen latentes en nuestra historia de derechos humanos'.

'Aquí tenemos que velar, desde un control político permanente, por la protección de los líderes sociales de Colombia. No más asesinatos, no más exterminio. Desde este Congreso que hoy presido, acompañaremos a todos nuestros líderes sociales', agregó.

Y, por último, dejó entrever que su presidencia en el Senado será de vigilancia política a temas fundamentales del Caribe como la crisis del servicio de energía eléctrica.

'Hago un llamado desde el Caribe colombiano al Gobierno Nacional, en nombre de los casi 11 millones de ciudadanos afectados por el mal servicio de energía de Electricaribe, para que no dilate más la solución a la crisis. Aunque se trata de una afectación a la competitividad de una región que debe liderar el PIB nacional según el PND, debo decir que lo que tenemos allá es una verdadera agresión a los derechos humanos', concluyó.

García es comunicador social, cantante y político. Nació en El Carmen de Bolívar y se desempeñó como representante a la Cámara entre 2006 y 2010, fue vicepresidente de dicha corporación entre el 20 de julio de 2008 y el 20 de julio de 20091 y aspiró fallidamente al Senado en las elecciones de 2010. Ingresó al Senado el 4 de noviembre de 2010 en reemplazo de la destituida Piedad Córdoba.