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Vuelve y juega. El tema del manejo de las redes sociales se ha convertido en uno de los más recurrentes a la hora de analizar los efectos de su uso, pero sobre todo de su abuso, en especial en estos tiempos electorales de tanta intolerancia y polarización política.

En efecto, ya no se trata de mirar con lupa la estrecha relación que tiene todo lo que se dice en las redes sociales con delitos tipificados con absoluta claridad en el Código Penal, como la injuria y la calumnia, sino de aventurarse a medir los alcances que tendrían los insultos en la integridad psicológica o mental de quienes se consideran ofendidos. Es decir, de lo que se trata ahora es de establecer hasta dónde estaría permitido insultar a nuestros contradictores o adversarios.

El jueves de la semana pasada la Corte Constitucional volvió a ocuparse del espinoso y complejo asunto, al pretender dirimir los conflictos que se generan al garantizar el derecho universal a la libertad de expresión con el que asiste a quienes desean vivir 'sin humillaciones'. ¿Es tan ilimitado el primero como para atentar contra la integridad física y mental de quienes son sometidos al escarnio público de manera sistemática, al considerar quienes ofenden que su libertad de expresión no puede verse limitada o afectada?

En la búsqueda de una mejor comprensión del fenómeno producido por el abuso de las redes sociales, el próximo miércoles empezará en Cartagena el encuentro de la Jurisdicción Constitucional, cuyo tema central será, 'Jueces constitucionales y nuevas tecnologías, Libertad y Expresión en Redes Sociales'.

El encuentro, al que asistirán magistrados de las altas cortes y funcionarios de la Rama Judicial, servirá para que entre todos empecemos a entender el comportamiento –para muchos absurdo– de quienes abusan del poder y la influencia que les brindan las redes sociales.

En lo que tiene que ver con el fallo de la Corte Constitucional, proferido el jueves de la semana pasada, sin que se conozca el texto completo, dos de los magistrados del alto tribunal se pronunciaron sobre los alcances de la decisión.

Los togados José Fernando Reyes y Gloria Ortiz, presidenta de la Constitucional, hicieron referencia a los criterios que podrían llevar a concluir que unos comentarios insultantes afectarían de forma grave 'la dignidad de una persona, hasta el punto de humillarla y afectar su derecho a vivir dignamente'.

¿Ello qué significa exactamente? ¿Existe el derecho al insulto en las Redes Sociales? ¿Se puede ofender impunemente en las Redes Sociales? ¿Cuándo un mensaje se considera lo suficientemente denigrante, como para proteger los derechos de la víctima?

Uno de los intelectuales que más ha cuestionado el papel de las Redes Sociales en los tiempos que corren es el filósofo italiano Umberto Eco, quien de forma contundente y certera afirmó hace algún tiempo: 'Las Redes Sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas, que primero hablaban solo en un bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un Premio Nobel. Es la invasión de los idiotas'.

De manera que el país asiste, sin duda, a un nuevo fenómeno social, relacionado con nuevas tecnologías y plataformas, que están transformando no solo la comunicación entre las personas, sino de estas con el Estado y con toda la Sociedad. Se trata un proceso dinámico, que trae consigo nuevos conflictos y por consiguiente nuevos retos. ¿Hasta dónde se puede insultar en Redes Sociales?