A mediados del siglo pasado, los pescadores que buscaban su sustento con dinamita cerca de Bocas de Ceniza corrían el riesgo de perder una de sus extremidades por mal manejo del explosivo. De ahí que un buen número de ellos recibieran el apodo de 'mochos', apelativo que se le da coloquialmente a quien le falte un brazo o una pierna. Entonces, del imaginario popular surgió bautizar al sector como Puerto Mocho.
A ese sitio llega la tarulla y con frecuencia los cuerpos de quienes se ahogan en algunos de los arroyos de la ciudad, e inclusive de quienes no toman las debidas precauciones cuando se dan un baño en ese balneario.
La fama de Puerto Mocho como el destino final de los candidatos que resultan derrotados en las urnas tomó fuerza con Marcos Pérez Caicedo, uno de los fallecidos colosales de la radio barranquillera, quien a mediados de los 70, en su radioperiódico Informando, un día después que culminaran los comicios, gritaba a todo pulmón: 'Vayan a buscar a los políticos ‘entarullados’ en Puerto Mocho.
Los llamaba ‘entarullados’ debido a que terminaban enredados en medio de las plantas acuáticas que se dan de manera silvestre en esas aguas que también son endulzadas por el río Magdalena y que convierten a Puerto Mocho en la única playa marítimo-fluvial con que cuenta Barranquilla.
En tiempos más recientes la portentosa voz de Ventura Díaz Mejía también se encargó de popularizar esta frase acuñándole el término ‘ahogados’, para diferenciarse un poco de Marcos Pérez.