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El presidente Iván Duque parece cada día más resuelto a levantar a partir del próximo 27 de abril el llamado aislamiento preventivo obligatorio, para darle paso a una especie de 'cuarentena inteligente', que no es otra cosa que comenzar a reactivar poco a poco y con severas medidas de precaución algunos sectores estratégicos de la economía.

Tres son las razones que tiene el Gobierno para asumir semejante riesgo, sin que se conozcan todavía las cifras consolidadas sobre el número de personas contagiadas en el país.

La primera de ellas tiene que ver con la respuesta positiva de los colombianos a las medidas del Gobierno, que ha hecho que las cifras de contagiados estén muy por debajo de lo presupuestado inicialmente por epidemiólogos y por el propio Ministerio de Salud. Cuando se conocieron los primeros casos de personas infectadas por coronavirus, los epidemiólogos proyectaron unos 900.000 contagiados, cuando el país llegara a la fase de mitigación, que es en la que nos encontramos. Dicha cifra –por fortuna– está muy lejos de la que conocemos de forma oficial, que es del orden de unas 3.600 personas contagiadas, aunque hay que aclarar que el número de pruebas realizadas también es muy pequeño. Es de suponer que a mayor número de pruebas realizadas, mayor sería el número de personas que arrojen resultados positivos de contagio.

El Gobierno atribuye el éxito alcanzado hasta el momento, entre otras razones, a la llamada 'disciplina social' de los colombianos, que habría impedido que se disparen los casos de contagiados.

La segunda razón para que el Gobierno esté decidido a apostarle a una 'cuarentena inteligente', tiene que ver con las cifras económicas que, como era de esperarse, son desalentadoras y preocupantes. Ellas muestran un grave retroceso en sectores muy sensibles como hotelería, espectáculos, turismo, inmobiliario y aviación, así como en restaurantes, bares y discotecas, muchos de los cuales ya se han declarado en quiebra. Aunque hay frentes muy críticos, como el del entretenimiento, lo cierto es que todo el sector productivo está operando a media máquina.

La debacle económica tiene muy preocupado al Gobierno, pues algunos estudios, como el más reciente de Fedesarrollo, indican que una cuarentena de tres meses podría costar unos 128 billones de pesos, es decir cerca del 13 por ciento del PIB.

Pero hay una tercera razón que está considerando el Gobierno para asumir los riesgos de una 'cuarentena inteligente'. Tiene que ver con el contexto internacional, pues países como Alemania, Suiza, Francia y el propio Estados Unidos están abriendo sectores estratégicos ante el desplome de sus economías. Su apuesta es por recuperar en el menor tiempo todo lo perdido en estos meses de cuarentena. Todos tienen claro el inmenso costo de la decisión no solo en términos sanitarios, que podría significar más personas muertas, sino económicos, puesto que un rebrote exponencial de casos sería el acabose para todas sus economías.

¿Qué tan acertada sería la decisión del presidente Duque de abrir de nuevo la economía, sin tener certeza sobre la evolución del coronavirus en el país?