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Ni por cuenta del coronavirus -la plaga más cruel y letal que ha sufrido la Humanidad en la historia reciente- los corruptos descansan. Todo lo contrario: ahora parecen más dispuestos a robar a manos llenas y con absoluta desfachatez. Están saqueando al Estado colombiano por los cuatro costados al poder disponer de los multimillonarios recursos destinados por el Gobierno para hacerle frente a la pandemia que ha causado cientos de miles de muertos en todo el mundo.

No deja de ser llamativo que mientras todos los indicadores de violencia de las grandes ciudades del país -¡todos!- han disminuido de forma extraordinaria por cuenta del coronavirus, como los homicidios, los atracos y los asaltos a residencias, la corrupción parece más desbocada que nunca. A la hora de robar los cacos no dan tregua.

Los casos denunciados por la Fiscalía General, la Procuraduría y la Contraloría -que han unido esfuerzos para ver si logran parar el desangre de los recursos del Estado, que no son otros que nuestros impuestos son realmente aberrantes y prueban hasta dónde quieren llegar los pillos en su afán de quedarse con el último centavo que ha salido de nuestros bolsillos de contribuyentes.

Desde La Guajira hasta el Amazonas y desde Chocó hasta Guaviare, pasando por Bogotá y Medellín, todos los días se conocen denuncias sobre presuntos casos de corrupción en alcaldías y gobernaciones del país. ¡Estamos asistiendo a un robo masivo y descarado de miles de millones de pesos que deberían beneficiar a los sectores más pobres de la población!.

En lo que tiene que ver con la Región Caribe los organismos de control anunciaron apertura de investigaciones en varias administraciones departamentales y municipales, incluyendo las gobernaciones de Magdalena, La Guajira, Cesar y Sucre, entre otras. De forma simultánea informaron que hay indagaciones preliminares en contra de los alcaldes de Malambo y Soledad -entre otros- con el fi n de evaluar una posible apertura de procesos disciplinarios.

Al ocuparse del grave asunto, EL HERALDO es su Editorial de este sábado -titulado de forma certera 'Pandemia de corrupción'- puso el dedo en la llaga: 'Como si se tratara de una piñata, autoridades territoriales y contratistas jugaron con los recursos del Estado, que en vez de estar dirigidos a garantizar la vida de estas personas y su derecho fundamental a la salud, estaban a punto de terminar en los bolsillos de estos impresentables'.

Tal cual dice el periódico así ocurre en la realidad y así lo están comprobando Fiscal, Procurador y Contralor. Muchos alcaldes y gobernadores han sacado provecho de la excepcional situación del país en materia de contratación, puesto que les permite agilizar los trámites tradicionales y de contera incurrir en indelicadezas o aberrantes delitos. Todo ello se traduce -obviamente- en mayor corrupción, como lo estamos viendo.

Es bueno aclarar que no todos los funcionarios a quienes se les abrió investigación preliminar son corruptos, ni están utilizando los recursos públicos para lucrarse o sacar provecho propio de la calamitosa situación de millones de colombianos. Todos ellos deberán demostrar su pulcritud en el manejo de los recursos públicos.

Uno de los casos que más llamó la atención de los organismos de control es de la Alcaldía de Soledad, que firmó un contrato por 2.100 millones de pesos con la Fundación El Lirio de los Valles (Fundelosva) para el suministro de ayudas humanitarias. El contrato se firmó el pasado 17 de abril bajo la modalidad de urgencia manifiesta, que permite una mayor celeridad en la firma y ejecución del contrato. Las partes acordaron la terminación del contrato al no contar la Fundación El Lirio de los Valles con la garantía única de cumplimiento.

En lo que tiene que ver con la Alcaldía de Malambo, el contralor general Carlos Fernando Córdoba anunció que su despacho investiga presuntos sobrecostos en la ejecución de un contrato por más de 4.000 millones de pesos, suscrito entre la administración municipal y la Fundación Lirio de los Valles. El objeto del contrato es el suministro de mercados básicos para los pobladores más pobres del municipio.

Los organismos de control también investigan a los alcaldes de Sincelejo y Coveñas en Sucre, el de Puerto Escondido en Córdoba; a los de Algarrobo y Fundación en el Magdalena. De igual manera el gobernador de ese departamento, Carlos Caicedo, está siendo investigado de forma preliminar por la Contraloría General y por la Fiscalía General. El Gobernador se pronunció sobre esta situación a través de las redes sociales y sostuvo que 'los funcionarios públicos honestos entendemos siempre las indagaciones preliminares como una oportunidad para explicar la transparencia con la que hemos hecho todo. Estamos listos a explicar, demostrar y evidenciar que ni un centavo se ha perdido o se va a perder'.

En esta especie de 'danza de contratos' por cuenta del coronavirus ya hay un gobernador separado de su cargo por el procurador Fernando Carrillo por graves irregularidades en el manejo de los recursos. Se trata de Ariel Palacios, del Chocó, quien deberá dar explicaciones por un contrato por 2.000 millones de pesos firmados en pleno coronavirus para la realización de una serie de ciclos educativos en ese departamento. ¿Cómo está el panorama de la corrupción en pleno coronavirus? ¿Qué hacer ante la grave situación?