El senador Rodrigo Lara anunció ayer su renuncia, por diferencias ideológicas, al Partido Cambio Radical, declarado como independiente pero cercano al Gobierno en algunos asuntos.
Así lo afirmó el parlamentario, hijo del inmolado Rodrigo Lara Bonilla, en la emisora 'W Radio'.
'No tiene ningún sentido asumir candidaturas porque sí. Me gusta la política con ideas', advirtió Lara tras enfatizar que no tiene previsto aspirar al Congreso en el 2022 ni a la Presidencia tampoco.
Contó además el legislador que tomó la decisión de dimitir después de hablar con el jefe de la colectividad, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, y agregó que buscará consolidar de un proyecto liberal socialdemócrata.
Otras renuncias que se dieron en las últimas semanas fueron las de los senadores Roy Barreras y Armando Benedetti, al Partido de la U, declarado como oficialista.
Al respecto, Benedetti le dijo a EL HERALDO que dimitió porque 'es un partido que no es ni oposición ni gobierno. Me molesta por ejemplo que empecé, antes que Iván Marulanda, a hablar de la renta básica y el partido no me respaldó. Con el Paef pidieron $4 billones para 131 mil empresas, de las cuales solo 8 mil son del Caribe, de las 1,7 millones que hay en el país, y eso que el ponente era David Barguil. Quise con Lara que la plata se fuera para las empresas más chiquitas, pero el Gobierno y el Congreso les dieron $2 billones a solo mil empresas: es una vulgaridad que un Congreso haga eso'.
Frente a si ha hablado con Lara o Barreras para unir destinos, aseguró: 'No he jugado cartas ahí, el futuro lo veo con optimismo y no descarto llegar allá. Renuncio a la curul no porque sea pretencioso sino porque la Constitución me lo permite. Y lo que puedo decir por ahora es que quiero aspirar al Congreso de nuevo'.
Alrededor de estos movimientos, el analista político Carlos Arias le dijo a este diario que 'se fundamentan en que hoy las nuevas realidades políticas están señalando que la polarización política es todo lo que el ciudadano rechaza'.
Y agrega que 'muchos líderes políticos están buscando el centro para recoger ese 40% del potencial electoral y es muy posible que generen una coalición en el corto plazo para presidenciales, alcaldías y gobernaciones, pero es muy improbable que se consoliden movimientos fuertes que puedan pelear elecciones a Congreso. Los movimientos serán parte del nuevo panorama pero esto no contribuirá a la consolidación de una democracia más participativa sino a una atomización de las facciones ideológicas'.