1. Dejemos de personalizar las culpas
Señalar culpables después de una derrota es lo más fácil. Descargar nuestra ira y nuestra impotencia en una persona para generar contra ella un sentimiento colectivo de rechazo es no solo injusto, sino peligroso en un país con tan pocos niveles de tolerancia como Colombia. Yerry Mina hace parte de un equipo que se llama Selección Colombia, que nos representa a todos. En el pasado Mundial, el mismo Yerry que hoy es objeto de todo tipo de burlas, señalamientos y reproches nos produjo grandes alegrías con sus goles. La crítica deportiva tiende a ser muy pasional y encuentra en las equivocaciones individuales un buen pretexto para soslayar los defectos colectivos. Antes de buscar culpables de forma individual es bueno analizar en qué está fallando todo el equipo. No podemos convertir los triunfos en logros colectivos y las derrotas en fracasos individuales. Cuando se trata de un equipo, los triunfos y las derrotas son el resultado de aciertos y errores de todos.