Luego de una tercera legislatura doblemente atípica para el Congreso, por la pandemia que mantuvo al Capitolio entre sesiones mixtas y presenciales así como pasos por las uci como el del senador Gustavo Petro, de la Colombia Humana, y fallecimientos como el del senador conservador Eduardo Enríquez Maya y por las multitudinarias manifestaciones sociales que hicieron que el Gobierno echara para atrás en la reforma tributaria y que se cayera en plena discusión la reforma a la salud, la sensación de la ciudadanía es que el Legislativo queda en deuda de cara al próximo 20 de julio, cuando se instale la última legislatura de este Congreso.
En deuda, sobre todo, para asegurar los programas sociales para los más afectados por la crisis económica y social actual.
Aunque también salió avante el Capitolio al avalar, con menos debate que velocidad, la cadena perpetua, la reforma a la Procuraduría, la reducción de la jornada laboral y la coyuntura regulación del trabajo en casa.
Los proyectos claves.
Quizá por las implicaciones penales y constitucionales, una de las iniciativas que sin duda más llamó la atención en este periodo legislativo fue el de la reglamentación de cadena perpetua para violadores y asesinos de niños, con lo que Colombia entra en la lista de países que aplica la prisión perpetua a sus reos.
Así mismo, fue avalado el proyecto de ley que reforma el Código Disciplinario de la Procuraduría, que 'pretende aumentar las garantías que deben tener los funcionarios de elección popular al momento de ser juzgados, respondiendo así a la exigencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos', que condenó al Estado colombiano por la destitución e inhabilidad impuesta al entonces alcalde de Bogotá, Gustavo Petro.