I. No venderás tu voto
En una democracia el voto es sagrado. Es el arma más poderosa que tiene un ciudadano para expresar su respaldo o rechazo a propuestas y candidatos. Es un bien supremo en términos democráticos. Por desgracia todavía hay quienes no le dan el valor que se merece. Solo cuando se pierde el derecho a elegir y ser elegido es cuando nos damos cuenta del inmenso poder que tiene el voto en una democracia imperfecta como la nuestra, pero democracia al fin.
No es cierta esa frase que ha hecho carrera en las últimas semanas, según la cual Colombia no es una democracia. En las dictaduras no se puede votar, porque no hay libertad para hacerlo. Por eso hoy cuando llegue a la mesa electoral vote a conciencia. Un voto no se compra solo con dinero. Se compra también con mentiras. Se compra haciendo promesas irrealizables. Un voto también se compra cuando un candidato ofrece lo que sabe que no puede cumplir.
En Barranquilla denuncian la venta del voto a 100.000 pesos. ¿Vale la pena vender la suerte del país por ese dinero? ¿Tiene sentido jugar con el futuro de las nuevas generaciones por esa plata? Tendremos que hacer mucha pedagogía para que todos entendamos el verdadero valor que tiene el voto en un sistema democrático.