No ha podido Gustavo Petro explicar de manera clara y convincente la presencia de su hermano Juan Fernando Petro en la cárcel La Picota de Bogotá para conversar con varios reclusos condenados por corrupción y parapolítica, entre ellos los exsenadores Iván Moreno Rojas y Álvaro ‘el Gordo’ García.
Todos los esfuerzos de Petro y de los integrantes de su círculo más cercano han resultado infructuosos. En lugar de aclarar lo sucedido en La Picota, cada declaración de Petro y sus aliados solo causa más confusión y genera más dudas acerca de lo conversado entre Juan Fernando Petro y los condenados delincuentes con quienes se entrevistó.
El ‘Petrogate’ ha golpeado duramente los cimientos de la campaña del candidato del Pacto Histórico. Cada nueva declaración de Gustavo Petro –incluyendo entrevistas a medios de comunicación y videos difundidos en las redes sociales– genera más inquietudes y suspicacias sobre los verdaderos alcances del encuentro de La Picota, hasta el punto de que hoy son más las dudas que las certezas sobre ese oscuro episodio.
Desde la primera inquietud –que tiene que ver con el motivo de la visita de Petro a La Picota– hasta la más reciente –que se relaciona con la hipótesis de un presunto entrampamiento– ninguna versión resulta convincente. Todas están llenas de dudas y se prestan para todo tipo de especulaciones.