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El ingeniero Rodolfo Hernández, después de la primera vuelta de las presidenciales, se quedó en casa la mayor parte del tiempo, salió poco de campaña por el país y prefirió ir a los EE. UU. que debatir con Gustavo Petro.

El candidato argumentó leguleyadas ante la orden del Tribunal Superior de Bogotá, lo que hizo que pesaran más en su contra episodios del pasado registrados en las redes: sus insultos a la Virgen, sus comentarios machistas e indolentes, sus metidas de pata, sus salidas de casillas e incluso de violencia y finalmente el video en un yate en Miami con jóvenes en una situación subida de tono y, al parecer, con ‘lobistas’ de Pfizer –quienes lo desmintieron–.

Esto, de acuerdo con los expertos consultados por EL HERALDO, le costó el tiquete al solio de Bolívar en la segunda vuelta.

El analista político Carlos Arias cree que Rodolfo pierde porque no tiene estructura política que soporte una campaña presidencial a nivel nacional, tanto en primera como en segunda vuelta trabajó con estructuras prestadas de la derecha y en parte un voto de opinión llevado por el desconocimiento político.