Segundos antes de sentarse a conversar, el senador Efraín Cepeda se dirige a su escritorio, el cual está ubicado estratégicamente delante de una gran y nutrida biblioteca, en todo el frente de la puerta principal de su oficina en la ciudad de Barranquilla. Al llegar ahí, desliza el dedo índice por la pantalla de su Ipad y revisa que no haya ninguna notificación.