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Los hechos ocurridos a comienzos de marzo en Los Pozos, Caquetá, donde perdieron la vida un agente de policía y un campesino, en medio de una asonada llevada a cabo, al parecer, por cerca de mil integrantes de la llamada 'guardia campesina', se vuelven cada día más complejos, puesto que no dejan de aparecer nuevas decisiones y declaraciones que hacen más difícil su esclarecimiento definitivo.