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La puja por el control político del departamento del Atlántico está más fuerte que nunca. Con el cierre del proceso de inscripción ante la Registraduría Nacional del Estado Civil, que estuvo lleno de altos y bajos para algunos candidatos por fallas en el sistema para hacer los respectivos registros o el retraso en las entregas de los coavales de los partidos, empezó de lleno esta contienda.