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El director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), Carlos Carrillo, aupado por el presidente Gustavo Petro desde su cuenta de X y respaldado por una poderosa red de bodegueros, decidió emprenderla contra la gobernadora de Sucre, Lucy García Montes, porque cometió el pecado de decirle que hable menos y haga más para tratar de encontrarle –cuanto antes– una solución definitiva al cierre del jarillón de Cara ’e gato, que tiene inundadas miles de hectárea en la Mojana y pone en peligro la vida de más de 10.000 familias.

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Por cuenta de ese reclamo justo de la gobernadora García, tanto Carillo como Petro y sus bodegueros en redes sociales, la emprendieron contra ella sin tener el mínimo respeto por su condición de mujer, ni mucho menos por las motivaciones de sus peticiones. A la hora de matonear no se andan por las ramas.

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En efecto, los seguidores de Carillo y de Petro en las redes sociales han cuestionado no solo la idoneidad de la mandataria, sino que han puesto en duda su honestidad. Y lo cierto es que la gobernadora lo que pide es que este gobierno ponga finn al suplicio de los habitantes de la Mojana, que son a quienes ella rinde cuentas.

“Que lo que está pasando con el señor Olmedo no nos distraiga, porque nos debemos concentrar es en cerrar Cara ’e gato, para que la Mojana siga siendo productiva”, esta frase de la gobernadora García, pronunciada hace algunas semanas delante de Carrillo y otros altos funcionarios del gobierno, desató la ira del director de la Ungrd, quien desde entonces asumió hacia ella una actitud grosera y hostil.

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Pero por muy furioso que se ponga Carrillo, lo cierto es que la gobernadora no ha dicho ninguna mentira. Carrillo convirtió el “caso Olmedo” en su mayor prioridad, quizás porque le produce mayores réditos políticos a la hora de una futura aspiración a un cargo de elección popular, por ejemplo la Alcaldía de Bogotá. Investigar la corrupción de Olmedo López y la de sus compinches es asunto de Fiscalía, Contraloría y Procuraduría. En ese terreno ya es poco lo que Carrillo puede aportar.

En donde sí se debe concentrar Carrillo es en la suerte de la Mojana y la de sus miles de familias que la habitan. A Carillo, sin embargo, poco o nada le importa la suerte de la Mojana, pues al fin y al cabo es un burócrata bogotano al que Petro montó en el potro cerrero de la Ungrd, luego de que estallara el escándalo por cuenta de las multimillonarias coimas y sobornos que habrían repartido López y Sneyder Pinilla, entre congresistas, cuando se desempeñaban como director y subdirector de la Ungrd.

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De manera que la preocupación de Carrillo no pasa por la Mojana, sino por Bogotá, donde busca contar con los votos que lo podrían llevar a suceder a Carlos Fernando Galán.

A la gobernadora García lo que pase con el futuro político de Carillo no le interesa. Su interés está en que sus paisanos sucreños no sigan padeciendo las inclemencias de las inundaciones en la Mojana, por los desbordamientos de los ríos Cauca y San Jorge. Los afanes de Carrillo son, pues, muy distintos a los de la gobernadora de Sucre.

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¿Qué hay detrás del enfrentamiento entre el director de la Ungrd y la gobernadora de Sucre? ¿Cuáles otros proyectos de la región Caribe están embolatados en el gobierno de Petro? Veamos: