El reconocimiento por parte de Estados Unidos de que financió la compra del software Pegasus, en el marco de acuerdos de cooperación con Colombia, para luchar contra el narcotráfico, despejó buena parte de las dudas existentes acerca de la adquisición, legalidad y uso de esa poderosa herramienta de origen israelí.
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La información suministrada por autoridades estadounidenses y publicada de forma exclusiva por el diario El Tiempo es contundente en el sentido de que fue ese país y no el gobierno de Iván Duque –como sugirió Gustavo Petro en la alocución presidencial del pasado 4 de septiembre– el que adquirió Pegasus y fueron sus funcionarios quienes lo utilizaron de forma exclusiva para “misiones antinarcóticas”.
De esta forma, las autoridades de Estados Unidos pusieron fin al extenso collar de versiones sobre el supuesto origen ilegal y uso indebido del software, que permite combatir poderosas organizaciones criminales en el mundo. Quien más alimentó esas versiones conspirativas fue el propio Petro, así como varios funcionarios cercanos al alto gobierno. Algunas de esas versiones señalaban –sin pruebas– al ex presidente Iván Duque de estar detrás de las supuestas operaciones de espionaje contra el Gobierno nacional.
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1. Veamos el decálogo de imprecisiones y mentiras que se tejieron por parte del gobierno de Petro sobre la adquisición, legalidad y uso de Pegasus en el país: El gobierno de Iván Duque no adquirió Pegasus: la financiación para comprar el software corrió por cuenta única y exclusivamente de Estados Unidos. La compra se materializó durante el 2020 y su uso se suspendió en el 2022, antes de que Petro llegara a la Casa de Nariño. La adquisición del software se realizó bajo estricta supervisión operativa por parte del gobierno de Joe Biden y solo se empleó para luchar contra grupos narcotraficantes. La cooperación antidrogas entre ambos países lleva décadas con resultados exitosos en el desmantelamiento de carteles narcotraficantes, como el de Medellín y Cali. El suministro de “información secreta o clasificada”, que se rige por exigentes principios de confidencialidad, ha permitido desmantelar poderosas organizaciones delictivas.
2. Pegasus se compró con dineros lícitos, no ilícitos, como sostienen funcionarios y amigos del Gobierno: los 11 millones de dólares que costó Pegasus no solo fueron aportados en su integridad por Estados Unidos, sino que su origen es lícito o legal. No son recursos provenientes del narcotráfico, como inicialmente informaron medios de comunicación afectos o al servicio del Gobierno, hipótesis que validaron altos funcionarios como el ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien sugirió que el dinero habría salido de incautaciones a grupos de narcos, aunque jamás suministró una sola prueba. El dinero para comprar Pegasus provino –según fuentes de EE. UU.– de fondos de cooperación internacional, empleados por ese país para realizar operaciones antinarcóticos con gobiernos aliados en la lucha contra narcotraficantes. Así se lo hicieron saber al embajador en Washington, Daniel García-Peña.
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3. Pegasus no se empleó para espiar a Petro y sus amigos: contrario a lo afirmado por Petro y altos funcionarios del Ejecutivo, quienes sostienen que Pegasus fue utilizado por el gobierno de Duque para hacerles seguimiento a organizaciones políticas y sociales afines a su campaña presidencial, Estados Unidos fue enfático en afirmar que su utilización estaba dirigida exclusivamente contra organizaciones narcotraficantes colombianas y mexicanas. Petro afirmó en su alocución del 4 de septiembre –en pleno paro camionero– que Pegasus había sido adquirido por Duque para “vigilar a los líderes de las manifestaciones, durante el estallido social del 2021″. Pese a esa afirmación, no existe ninguna evidencia de que el software haya sido empleado para tal propósito, ni tampoco para vigilar o espiar dirigentes políticos del país. Así también lo aseveró la fiscal general, Luz Adriana Camargo.
4. Iván Duque no sabía de la adquisición de Pegasus: de las aseveraciones de las autoridades de Estados Unidos, acerca de la compra, legalidad y uso de Pegasus, la que más llama la atención es aquella según la cual el entonces presidente Duque no sabía de la adquisición del software. Aunque resulta poco creíble el hecho de que el jefe del Estado desconociera el uso de una herramienta como Pegasus, lo cierto es que –según Estados Unidos– el software había sido utilizado siempre como uno más de los los instrumentos con que cuentan los países para combatir narcotraficantes. Su uso era muy frecuente y no tenía la connotación maliciosa que tiene hoy. Su manejo fue siempre más operativo que estratégico. Por ello, informarle o no al presidente no era asunto prioritario.
5. Pegasus se utilizó hasta antes de que Petro llegara a la Presidencia: las autoridades de Estados Unidos informaron al embajador Daniel García-Peña que Pegasus operó durante 15 o 18 meses, hasta antes de que Petro llegara a la Casa de Nariño. Ello desvirtúa también la hipótesis de funcionarios del Gobierno, quienes dejan abierta la posibilidad de que aún se esté utilizando el software para espiar al actual gobierno. Pegasus fue utilizado única y exclusivamente para perseguir a organizaciones narcotraficantes. Punto. La herramienta no se utilizó contra figuras políticas cercanas al gobierno Petro.
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6. Petro fue informado por Estados Unidos sobre origen y uso de Pegasus: ¿cuándo supo Petro de la existencia de Pegasus? Si Petro fue notificado por Estados Unidos sobre el origen y el uso de Pegasus, ¿por qué no informó de ello al país, entre otras razones para evitar suspicacias acerca del empleo ilegal o indebido del software? Si ya Petro sabía, tanto del origen como del uso de Pegasus, ¿qué sentido tiene seguir alimentando versiones conspirativas acerca de su utilización? Una cosa es que Petro, como opositor o como candidato presidencial, alimente ese tipo de suspicacias, con la expectativa de sacar réditos políticos o electorales, y otra muy distinta que como jefe del Estado mantenga esa actitud saboteadora, en lugar de fortalecer aquellos programas de cooperación internacional que permiten desmantelar grupos criminales.
7. ¿Ofrecerá excusas Petro a Margarita Cabello? “Ni hemos encontrado órdenes del presidente anterior de adquirirlo, ni hemos encontrado, hasta ahora, rastros de que haya habido reservas de gastos o uso de gastos reservados o de dineros incautados para adquirirlo”. Esta respuesta de la procuradora sobre el origen, adquisición y uso de Pegasus desató la ira de Petro, quien le respondió de forma grosera e irrespetuosa. “La procuradora General de la Nación miente”, escribió en X. No obstante, los hechos demostraron que ella tenía razón: ni Duque adquirió Pegasus, ni tampoco fueron usados gastos reservados para adquirirlos. ¿Ofrecerá Petro excusas a la procuradora por llamarla “mentirosa”, de forma grosera, irresponsable y atrevida? Es hora de que tenga un gesto gallardo con quien desde que llegó a la Casa de Nariño no ha hecho sino denostarla y ofenderla.
8. ¿Qué papel jugó Israel en todo el entramado?: Está demostrado que sí existió una operación por USD11 millones. El dinero llegó a Israel en efectivo y la operación coincidió con el aterrizaje de dos vuelos en la base antinarcóticos de la Policía en Bogotá que partieron de Tel Aviv. El primero el 25 de junio de 2021 y el otro el 18 de septiembre. En ambos viajaron directivos de NSO Group, proveedor del software. Pese a lo llamativo de la operación, quienes conocen del asunto sostienen que nada de eso es extraordinario. De hecho, autoridades de EE. UU. informaron que el pago en efectivo de millones de dólares tampoco es inusual. Alguien que podría dar claridad sobre lo sucedido con Pegasus es el ex director de la Policía general (r) Jorge Luis Vargas, citado por la Fiscalía l, aunque no en calidad de investigado. No obstante, Vargas usó su derecho constitucional de guardar silencio en el interrogatorio.
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9. ¿Qué pasará con la cooperación antidrogas en tiempos de Trump? Una cosa es Pegasus en tiempos de Biden y otra muy distinta en tiempos de Trump. El presidente electo de Estados Unidos ya notificó a las organizaciones narcotraficantes que será implacable en su lucha contra ellas. Es decir, Trump sí ejercerá su rol de “primer policía del mundo”, como ha sido históricamente el papel de Estados Unidos en el mundo occidental, gústele o no a presidentes como Petro. Punto. Trump espera de Colombia –al igual que de México– la mayor colaboración en su guerra contra los narcotraficantes. Mientras gobiernos demócratas, como el de Biden, apuestan por mezclar garrote con zanahoria a la hora de combatir las mafias en el mundo, los republicanos, como Trump, solo apuestan por el garrote a los narcotraficantes.
10. ¿Habrá aprendido Petro la lección? Está visto que Petro actúa con “la cabeza caliente”. Y eso es lo peor que puede hacer un jefe de Estado. Petro actúa con la misma velocidad que trina. Su alocución del 4 de septiembre –donde reveló la existencia de Pegasus– llevó a la exclusión de Colombia del mecanismo de intercambio de información entre las unidades de inteligencia financiera de varios países para combatir las organizaciones criminales, establecido por el Grupo Egmont. Hoy Colombia está por fuera de ese exclusivo grupo, que permite el intercambio de información financiera relacionada con actividades ilegales de distintos grupos criminales. Todo ello porque Petro ventiló en público información clasificada o reservada en la lucha contra el narcotráfico mundial.