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La Comisión Primera de la Cámara aprobó este jueves en el tercero de ocho debates el proyecto de acto legislativo del transfuguismo.

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De esta forma, la iniciativa presentada por congresistas de varios partidos pasa ahora a su cuarto debate en la plenaria de la Cámara.

La reforma les permite a los congresistas cambiar de partido sin tener que renunciar a su curul: “Quien siendo miembro de una corporación pública decida presentarse a la siguiente elección, por un partido distinto o grupo significativo de ciudadanos, podrá por una sola vez en el cuatrienio y hasta un mes antes del primer día de inscripciones de la próxima elección, renunciar al partido o grupo significativo por el cual fue elegido, sin tener que renunciar a su curul”.

Desde el Pacto Histórico y el Gobierno se ha impulsado este articulado pero también desde sectores de la oposición y la independencia, ya que pueden recibir a congresistas que jalan muchos votos o deshacerse de militantes incómodos.

No obstante, la directora de la Misión de Observación Electoral, MOE, Alejandra Barrios, le dijo en su momento a EL HERALDO que el planteamiento es “que se permita de manera permanente, hasta un día antes de la inscripción de candidatos, durante los cuatro años de ejercicio, que quienes son senadores o representantes puedan cambiar de partido. Si bien esta propuesta se ha presentado en diferentes ocasiones, se dice que es por una única vez, normalmente se hace referencia al siguiente proceso electoral: en esta propuesta lo que se está haciendo es permitir el transfuguismo entre diferentes organizaciones políticas con quienes ya han sido elegidos de manera permanente no solamente para el próximo proceso electoral”.

Agrega en este punto que los problemas que tiene esta propuesta es que está enfocada de manera particular en este tema y no hace parte de una propuesta mucho más grande donde se ponga a los partidos obligaciones de democracia interna, procesos objetivos de selección de candidaturas, etcétera.

“Y lo que terminaría aumentando es en este momento el desorden partidista que tenemos en el sistema político, hoy estamos con 35 organizaciones políticas, es precisamente eso lo que están buscando resolver pero no debe ser a través de esa vía; debería ser a través de la exigencia no solamente de tener militantes inscritos, de tener un padrón de militantes de unos procesos internos de consultas de democracia interna, porque llevarlo a la posibilidad de que cuando queden elegidos se puedan estar moviendo entre los diferentes partidos lo que hace es debilitar la precaría democracia con la que cuentan algunas organizaciones políticas”, advirtió la directora.

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Pero además, señala, generarían frente al electorado una confusión de a quién se está eligiendo y cuáles son las ideas que representa: “Con 35 organizaciones políticas lo que deberíamos estar pensando en este momento es cuáles son aquellos mecanismos que se tienen para disminuir el número de organizaciones políticas y para que los partidos tengan la obligación de una democracia interna que permita determinar que aquellos a los que ellos avalan efectivamente representan las ideas y los postulados de esa organización política”.

Hoy pareciera, concluye Barrios, que esos procesos de selección de candidaturas no se hace a partir de esas coincidencias ideológicas, de una vida partidaria, de una democracia interna sino de la percepción de que se tiene del favor público o no para terminar elegido, si jalan o no votos para esa colectividad en las siguientes elecciones y de la cantidad de recursos que tienen para poder sostener la campaña electoral.

“Seguir por esta última vía es seguir desordenando el sistema político pero sobre todo tiene unos efectos gravísimos en la representación porque en últimas no se termina sabiendo a quiénes se elige porque no se termina identificando cuáles son las ideas que esa persona a la que se elige realmente representa”, puntualiza la directora de la MOE.