1. ¿2025, el año de la Paz Total?
La gran frustración de Petro como gobernante sería la de terminar su mandato con las manos vacías en lo que tiene que ver con su gran apuesta: la paz total con grupos guerrilleros y organizaciones criminales.
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Está a punto de cumplir tres años de mandato y todavía no hay resultados concretos en ninguno de sus frentes. El ELN se levanta y se para de la mesa cuando quiere. Anuncia diálogos, mientras realiza paros armados en el Chocó y el sur de Bolívar.
Las disidencias de las Farc de alias Iván Mordisco ejercen control territorial en Cauca, Nariño y Valle del Cauca. El Clan del Golfo declara la “guerra” a Supergiros y otras empresas ante la pasividad absoluta de las autoridades. Ante este panorama desolador, si en el 2025 Petro logra concretar un solo acuerdo de paz, puede darse por bien servido.
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2. El año de la reforma agraria
En el 2025 el gobierno de Petro deberá mostrar resultados contundentes en materia de reforma agraria. Hasta la fecha han sido más los anuncios que los resultados concretos. Mucho tilín y pocas paletas.
En los casi tres años del gobierno de Petro han sido adquiridas 166.000 hectáreas para la reforma agraria. El compromiso del Estado colombiano –luego de la fi rma del acuerdo de La Habana con las Farc– es entregar 3.000.000 de hectáreas a campesinos y comunidades indígenas y afrodescendientes, cifra que está muy lejos de ser alcanzada.
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El recorte del 70 por ciento de su presupuesto que recibirá la Agencia Nacional de Tierras (ANT) el próximo año hace prever que la tarea será muy difícil, casi imposible.
3. Valorización, un golpe a la yugular
A partir de marzo del próximo año unos 150.000 propietarios de predios en la Vía al Mar entre Barranquilla y Cartagena comenzarán a pagar valorización. Algunos propietarios tendrán que cancelar hasta tres veces lo que hoy pagan por impuesto predial.
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Es decir, se trata de un “mazazo” muy fuerte en las fi nanzas de estas personas, muchas de las cuales podrían hasta perder su bien inmueble. Este es uno de los tantos “regalos” que le hizo Petro a la Rregión Caribe en el 2024, en especial a los habitantes del Atlántico y Bolívar.
4. ¡Patos presidenciales al agua!
El 2025 que está por comenzar será “un año electoral”, aunque sin elecciones, que serán en el 2026. Y ello es así porque el afán de salir de Petro cuanto antes –en el caso de sus contradictores políticos– o de continuar su legado –en el caso de sus amigos y copartidarios– hará que la lista de “patos” que se lancen al agua el próximo año sea bastante extensa.
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De manera que en el 2025 tendremos que lidiar con candidatos y candidatas presidenciales de todos los olores, colores, sabores y tamaños. Habrá candidatos y “candidotes” hasta para tirar pa’ el cielo. ¡Hagan sus apuestas!
5. A recuperar lo perdido en transición energética
Poco y nada de lo que prometió cumplió Petro en lo que tiene que ver con la transición energética en el 2024. Fue un año perdido en materia de inversiones eléctricas, petroleras y de gas natural.
En este 2024 Petro no ahorró esfuerzos para destruir lo que el país había avanzado en soberanía energética. Tanto es así que después de 30 años, hoy existen riesgos hasta de un apagón. De forma irresponsable, el presidente frenó la exploración de hidrocarburos en el país y puso en riesgo nuestra soberanía energética.
En el 2025 el gobierno deberá materializar proyectos de energías eólicas y solares en todo el país, algo que parece poco probable dada las enormes trabas que ponen a las nuevas iniciativas. Amanecerá y veremos.
6. ¿Legitimará Petro a Maduro?
La “posesión” de Nicolás Maduro, que se llevará a cabo el 10 de enero en Caracas, será el primer reto que tendrá Petro en el 2025 en materia de relaciones internacionales.
Aunque el embajador en Caracas, Milton Rengifo, asistirá en representación del gobierno colombiano, la pregunta es: ¿asistirá Petro? Su altanera respuesta –”¡yo veré si voy!”– en lugar de despejar dudas sobre su presencia en Mirafl ores, las acrecentó.
Si Petro asiste no solo legitima el robo de las elecciones por parte de Maduro, sino que lo pone del lado del sátrapa, usurpador y violador de Derechos Humanos.
Todo ello después de anunciar que mientras no aparecieran, no lo reconocería. Las actas nunca aparecieron, pero Petro si estaría reconociendo a Maduro. Una mentira más.
7. En este año que termina se cometieron en Colombia 71 masacres que dejaron 271 víctimas
¡Una barbaridad! En ningún gobierno se había presentado tal número de masacres. El asesinato de líderes sociales en el 2024 también es exorbitante: 143 asesinados.
Como jefe del Estado, Petro debe garantizar la vida de todos los colombianos. El presidente debe ejecutar políticas que pongan fi n al desangre nacional. Así como Petro exigió respuestas a sus antecesores, él también tiene la obligación constitucional de evitar el asesinato sistemático de líderes sociales, así como la ejecución casi diaria de masacres.
En el 2025 estas macabeas y lamentables cifras deben reducirse.
8. ¡Y la corrupción ahí!
Decía el expresidente Turbay que la corrupción debía reducirse a “su mínima expresión”. Pues bien en el gobierno de Petro, por el contrario, se elevó a su “máxima expresión”.
Todos los días saltan en los diferentes medios de comunicación escándalos de multimillonarios robos, saqueos y desfalcos de todo tipo en entidades ofi ciales. Ante la imparable avalancha de escándalos los amigos del gobierno se han valido del cínico y peregrino argumento de defensa según el cual “en los otros gobiernos también robaban”.
En el 2025 Petro debe poner fi n al saqueo del Estado por parte de sus conocidos, recomendados, amigos y funcionarios. Mientras no lo haga, su discurso contra la corrupción no pasará de ser simple y física carreta.
9. ¿Qué pasará con la descentralización?
Después de aprobar este año el acto legislativo que modifi ca el Sistema General de Participación (SGP), en el 2025 el Congreso deberá tramitar la Ley de Competencias para materializar lo aprobado en el acto legislativo, que modificó la Constitución Nacional.
Mediante dicha ley Colombia podrá avanzar hacia una descentralización efectiva. Ya es hora de partirle el espinazo al centralismo perverso que en buena parte es el responsable del atraso regional, puesto que emasculó las administraciones departamentales y municipales y las puso a depender del poder central.
10. ¿Será posible bajarle el tono a la confrontación en redes sociales?
Este 2024 fue el año de la guerra despiadada y sin cuartel en las redes sociales. El odio y la intolerancia predominaron en todos los frentes. Nadie se salvó.
Amigos y contradictores del gobierno llevaron a las redes –en especial a X– sus odios y resentimientos. Hoy no sabemos qué es verdad y qué es mentira de todo lo que leemos y vemos en las redes sociales.
Ojalá que el 2025 sea el “año de la tregua” en las redes sociales. Tanta confrontación solo produce cansancio y hastío.