Son varias las revelaciones que contiene la encuesta de Invamer realizada para Noticias Caracol y Blu Radio, no todas ellas relacionadas con el tema electoral, que es el que concentra la mayor atención de los colombianos. Y es apenas obvio que ello ocurra, puesto que no solo se acerca el final del mandato de Gustavo Petro, sino que -ante el evidente fracaso de su gestión- los tiempos electorales se acortan.
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La encuesta de Invamer demuestra -sin duda- que la derecha será gran protagonista de las campañas electorales del 2026, tanto las parlamentarias de marzo como las presidenciales de mayo y junio. Así lo indica la encuesta al medir la “inclinación política” de los colombianos: el 32 por ciento se identifica con la derecha, mientras que el 25,4 por ciento lo hace por el centro y el 18,6 por ciento por la izquierda.
Es muy probable que en la medida en que la campaña tome forma y entre en “tierra derecha”, como dicen los narradores hípicos, la inclinación por la derecha crezca lo mismo que la izquierda. La polarización afectará al centro, como ha ocurrido en las últimas campañas. Tanto la llamada “centro-derecha”, como la “centro-izquierda”, terminan devorándose al “centro”.
El posicionamiento de la derecha significa que el fracaso de Petro como gobernante terminó frustrando una propuesta electoral y política de izquierda democrática en Colombia. Al apostarle a la improvisación, la pugnacidad y el “bochinche” constante, sin resultados concretos a los grandes y graves problemas del país, Petro comprometió seriamente el futuro electoral de la izquierda en Colombia.
El sorpresivo primer lugar de Gustavo Bolívar en la encuesta (11,8% de apoyo), obedece a la exposición mediática producto de su cargo y al abusivo provecho que hace de sus funciones como director de Prosperidad Social de la Presidencia. Ya es hora de que Bolívar renuncie a su cargo -¡pero en serio!- y que Petro le acepte la renuncia. Como también es hora, por supuesto, de que el Procurador General, Gregorio Eljach, tome nota de esta anómala situación y adopte las medidas correspondientes, puesto que ningún potencial rival de Bolívar tiene sus privilegios, ni cuenta con una “chequera abultada” de más de 8 billones de pesos a su entera disposición.
El ex alcalde de Medellín, Sergio Fajardo, ocupa el segundo lugar en la encuesta de Invamer, (9,5%), algo que se ha vuelto costumbre en las últimas elecciones presidenciales. Algunas -inclusive- lo han dado por ganador. Su experiencia y conocimientos en la administración pública recibe en las encuestas una indudable aprobación. En esta oportunidad tendrá en su antigua aliada Claudia López una rival para disputarse los votos de la llamada “centro-izquierda”.
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En lo que tiene que ver con la candidatura de Vicky Dávila, es evidente que viene perdiendo espacio, (8,3%), aunque sigue ocupando primeros lugares. Y ello es así porque en la medida en que la campaña transcurre, empiezan a aparecer fisuras en los candidatos, en especial aquellas que tienen que ver con el real conocimiento de los graves problemas nacionales. Por eso no es bueno anticipar candidaturas, sino esperar el momento oportuno para lanzarse.
Pero lo que llama la atención -y es una de las revelaciones de la encuesta de Invamer, en lo que tiene que ver con la franja de la “centro-derecha”- es el crecimiento sólido y consistente del ex vicepresidente Germán Vargas Lleras, quien ya marca un 7,3%.
Es indudable que de todos los candidatos medidos en la encuesta, el ex vicepresidente Vargas Lleras es quien más reconocimiento tiene, así como preparación y experiencia. Ha ocupado casi todos los cargos de elección popular, al igual que ha tenido sobre sus hombros grandes responsabilidades en el manejo del Estado. Vargas Lleras ha sido desde concejal hasta Vicepresidente de la República, pasando por el Congreso y por varios ministerios.
¿Cómo está el panorama electoral y nacional con miras al 2026?
Salud y orden público, problemas agravados por mala gestión de Petro
De acuerdo con la encuesta de Invamer, el mayor problema del país es el orden público (21,2 %), seguido por el desempleo y la calidad y cubrimiento de la salud. La improvisada paz total de Petro llevó al país a padecer la peor situación de alteración del orden público en las últimas décadas. Estamos en presencia de un orden público desmadrado y unas Fuerzas Armadas desbordadas. Igual sucede con la salud: lo que venía bien, tanto en atención a pacientes como en cobertura, Petro lo volvió un caos.
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En lugar de mejorar las falencias que existían, arrasó con todo, hasta el punto de que hoy las vidas de millones de colombianos están en peligro. De acuerdo con el Sistema Nacional de Salud, la cobertura era del 95 por ciento. Es decir, casi absoluta. Pero Petro -en su afán por arrasar con las EPS- decidió acabar con todo el sistema. El único responsable de este caos es Petro. Punto. Nadie más.
Ni Uribe con la ley 100, ni Duque con el manejo del Covid, tienen nada que ver con lo que sucede. Cada uno de ellos afrontó en su momento una situación similar a la Petro y todos buscaron soluciones. Pero Petro prefirió levantar a patadas lo que venía funcionando bien, aunque no se trataba de un sistema perfecto.
Germán Vargas Lleras, en la mira de Petro y creciendo en las encuestas
En su propósito de evadir responsabilidades y buscar culpables, Petro se ha ensañado contra Germán Vargas Lleras. Grave error. Y la razón es muy simple: esta es la pelea que Vargas Lleras ha querido dar desde hace años. Desde la campaña que llevó a la Presidencia a Iván Duque, Vargas Lleras ha querido desenmascarar a Petro.
De hecho, fue el único de los candidatos presidenciales de la época que dijo que “jamás votaría por Petro”. Ahora Petro -irresponsablemente- lo señala de todos los males del país, desde el caos de la movilidad en Bogotá hasta la crisis de la salud. Según Petro, la familia Vargas Lleras no solo es dueña de varias EPS, sino que también maneja las Cámaras de Comercio del país, entre otros señalamientos.
Ocurre, sin embargo, que cada afirmación suya -ligera y sin sustento- viene acompañada de su respectiva denuncia o tutela por parte de Vargas Lleras y su familia. En todas y cada una de ellas Petro se ha visto obligado a rectificar por mandato de un juez de la República, orden que Petro cumple a medias. La victimización de Vargas Lleras por parte de Petro tendrá frutos electorales y legales, sin duda.
Sergio Fajardo y Claudia López, ¿la centro-izquierda a kilómetros de Petro?
Sepultada la opción de la izquierda democrática en Colombia -luego del estrepitoso fracaso de Petro- el margen de maniobra de la “centro-izquierda” es cada día menor. Sergio Fajardo y Claudia López se desmarcan cada día con más afán de todo lo que tenga que ver con Petro. De hecho, Fajardo desde la campaña pasada se alejó de Petro y le marcó territorio, de la mano de Jorge Enrique Robledo.
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No pasó lo mismo con Claudia López, quien el mismo día del triunfo de Petro, no dudó en salir a las calles a gritar: ¡Ganamos…! Hoy luce arrepentida a sabiendas de que por ese camino su candidatura está condenada al fracaso. La verdad simple y rotunda es que el “petrismo” y todo lo que huela a él hoy no tiene posibilidad alguna de pasar a una segunda vuelta presidencial. Punto. Y eso lo sabe López.
Petro no combatió la corrupción y la politiquería, todo lo contrario: las fomentó
La lucha contra la corrupción y la politiquería, en especial en la Región Caribe, sigue siendo una tarea pendiente. Petro prometió acabarlas y terminó fomentándolas. Hoy corruptos y politiqueros participan de su gobierno y comen en su misma mesa. Punto. En las campañas del 2026 estos gravísimos problemas seguirán en la agenda. Pero en esta oportunidad la frustración de los electores será mayor, al igual que su exigencia.
El desencanto producido por Petro -incapaz de combatir lo que tanto prometió- llevará a los votantes a pensar dos veces a quiénes van a elegir. El triste, vergonzoso y lamentable espectáculo del hijo de Petro recibiendo plata en efectivo por montones, así como los miles de millones de pesos saqueados en la UNGRD, con el pretexto de llevarles agua potable a las rancherías de la alta Guajira, entre otros escándalos, prueban que ni la lucha contra la politiquería ni contra la corrupción fueron prioridades para Petro, su familia y sus funcionarios. Triste, pero es la verdad.