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El máximo líder de las Farc, Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, no se detiene en su deseo de conversar con el expresidente Álvaro Uribe. Este lunes le envió una nueva carta al exmandatario titulada 'Ave maría, doctor Uribe, conversemos', para que se sienten y conversen sobre las negociaciones de paz que se adelantan entre el Gobierno y la guerrilla. En una primera misiva le extendió una invitación al diálogo al senador y este le respondió con una negativa.

En esta nueva carta, el guerrillero confesó que recibió con agrado la carta de Uribe y que debe 'abonarle que por primera vez no leo en sus palabras ningún adjetivo insultante de carácter personal'.  Añade que la referencia que hace a él como 'médico' no es más que un invento del servicio de inteligencia militar y destaca el tono en el que se dirigió en su respuesta 'algo avanzamos, sin duda'.

Le dice que 'la exigencia de una previa concentración supervisada, muy probablemente hubiera hecho imposible lo que hoy avanza de manera inexorable'. Y niega la afirmación de que fueron derrotados en los dos períodos de gobierno en los que Uribe estuvo al frente. 'Nunca fuimos una fuerza derrotada, usted mejor que nadie lo sabe'.

El líder negociador agrega que, cuando se va a dialogar para consensuar una salida civilizada, resulta imposible imponer las propias aspiraciones. 'No se trata de renunciar a ideas y principios, pero sí de apelar a la sabiduría de hacer mutuas concesiones en aras de alcanzar el objetivo más valioso: la paz'.

Aclaró que los 52 años de guerra no han dejado ningún vencedor, por el contrario, han causado daños en la sociedad. 'Sabíamos que en Colombia habitaba ya el rechazo masivo a la guerra, porque comprendíamos que para el pueblo colombiano no había un bien más supremo que la paz'.

También le hace un llamado a la sensatez y a su partido político, Centro Democrático, pide que acepten con cordura la realidad. 'Doctor Uribe, para que la ciudadanía en Colombia pueda inferir que las Farc somos ajenas a cualquier delito cometido, necesitamos también de su sensatez, que usted y los de su movimiento político acepten con cordura realidades incontrastables. Una década atrás, cuando se acercaba el fin de su primer período en la Presidencia, las condiciones de criminalidad, terror paramilitar, falsos positivos y demás eran exponencialmente superiores a lo que vive hoy el país'.

'En mi modesto parecer, los colombianos están cansados de sus palabras tan subidas de peso y tono, pánico ciudadano, control territorial terrorista, incremento de la criminalidad, capacidad criminal, tiranía, chantaje, impunidad. No quisiera parecer grosero, cuando pretendo llamarlo al diálogo, pero si nos vamos a eso, qué tal Colombia diez años atrás', explicó usando los mismos términos de Uribe cuando se refiere a las conversaciones.

Finaliza con la invitación a conversar y la voluntad de paz que tiene la guerrilla en estos diálogos. 'Los muertos y los atropellos nos duelen a todos. Nos anima el propósito de ponerles definitivamente fin en nuestra patria (...) con la paz ganamos todos, con ella no habrá perdedores. Ave María, doctor Uribe, conversemos, usted tiene un puesto en el nuevo país'.