Compartir:

Por cuenta del propio presidente Gustavo Petro, que puso el tema sobre la mesa desde hace un tiempo, en Colombia ya se está hablando con fuerza de la campaña presidencial del 2026. La baraja de aspirantes dentro del Pacto Histórico es grande y sigue creciendo. De ella hacen parte desde petristas pura sangre hasta progresistas moderados, pasando por “petristas paracaidistas”, que llegaron al Pacto Histórico cuando las posibilidades de triunfo eran muy altas.

Leer más: “Es turno para la sensatez”: voces sobre alianza republicana de Duque

Los otros partidos y movimientos políticos distintos al progresismo, entre ellos los de la oposición, están a la espera de cómo se mueven las fichas dentro del oficialismo para comenzar a ambientar posibles candidaturas con miras al 2026, aunque se da por descontado que las senadoras María Fernanda Cabal y Paloma Valencia estarán en el partidor por los lados del Centro Democrático, al igual que el senador Miguel Uribe Turbay.

Esta semana el expresidente Iván Duque lanzó una idea para tantear el ambiente por los lados de los opositores a Petro. Afirmó que es necesario crear una “gran alianza nacional republicana” para enfrentar en el 2026 al propio Petro, si decide perpetuarse en el poder vía asamblea constituyente, o al candidato que surja de las filas del progresismo.

Ante la posibilidad de que Petro no logre sacar adelante una asamblea constituyente que abra las puertas de su reelección, el llamado Pacto Histórico también empezó a calentar motores para posicionar su sucesor o sucesora.

Lea además: ¿Por qué fracasó la audiencia pública de la reforma pensional en la Cámara?

Los “patos” que están dispuestos a lanzarse al agua para darle continuidad al proyecto progresista son muchos y con distintos orígenes políticos. Hay de todo como en botica. Dentro de lo que podríamos llamar el “petrismo triple A” están la senadora María José Pizarro y el director del Departamento de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar. El director de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo y Desastres, Carlos Carrillo, también comienza a entusiasmarse con la idea de ser presidenciable, al igual que Daniel Rojas, director de la Sociedad de Activos Especiales. Todos ellos son reconocidos como petristas incondicionales, requisito que no es menor dado el talante mesiánico de su jefe.

Existe también otro grupo dentro del Pacto Histórico que podría llamarse el de los “petristas moderados”, quienes –por su experiencia política– tienen un margen de maniobrabilidad político y electoral mayor que el de los incondicionales. De este grupo hacen parte el senador Iván Cepeda, el embajador en Londres, Roy Barreras; el embajador en Buenos Aires, Camilo Romero; y el ministro Luis Fernando Velasco, quien tiene atada su suerte al desenlace del escándalo de los carrotanques de La Guajira. Aquí también habría que incluir al canciller Luis Gilberto Murillo, quien no tiene la experiencia política de los anteriores, pero ya cuenta con varios kilómetros dentro del progresismo, al lado del presidente Petro.

No olvide leer: Aprueban en último debate ley de Consultorios Psicológicos Comunitarios

Un nombre que suena con fuerza es el de Laura Sarabia, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia, quien llegó a la campaña presidencial del 2022 de la mano de Armando Benedetti, pero hoy es considerada la petrista más incondicional de todas, luego de su pelea con el embajador de Colombia ante la FAO en Roma. Saraba es en estos momentos la persona más cercana y de mayor confianza del presidente Petro y en caso de que decida lanzarse al agua para el 2026 será una de las que cuente con el guiño presidencial.

La vicepresidenta Francia Márquez llegó al petrismo con grandes expectativas y sin duda contribuyó al éxito de Petro en el 2022. Pero su figura se ha desdibujado desde que Petro está en la Casa de Nariño. Contra todos los pronósticos Francia se convirtió en una de las grandes decepciones del petrismo en el poder.

En la lista también están los exalcaldes Carlos Caicedo y Daniel Quintero, quienes jugarán duro en la campaña presidencial del 2026. Ambos cuentan con nichos electorales en Santa Marta y Medellín, pero carecen de votantes en el resto del país. Tanto Caicedo como Quintero han expresado su deseo de suceder a Petro en la Casa de Nariño y ambos están trabajando intensamente para posicionarse muy bien dentro del progresismo para aparecer en la foto a la hora de escoger el candidato del oficialismo.

De interés: Polémica por la audiencia pública de la reforma pensional en la Cámara

¿Qué posibilidades reales de éxito tienen estos aspirantes a suceder a Gustavo Petro en la Presidencia?