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La fantasía y la realidad parecen una sola en Sucre, el municipio de la Mojana donde vivió Gabriel García Márquez y que le sirvió de musa para escribir Crónica de una muerte anunciada.

El pasado fin de semana, y como si hubiera sido escrito por el Nobel colombiano, el pueblo vivió su más increíble capítulo político: el empate en el número de votos (6.768) de dos de los seis candidatos a la Alcaldía de la que hoy no se sabe el nombre de su nuevo ocupante.

Milton Maury Ruz y Éber Martínez García, de Opción Ciudadana y Cambio Radical, respectivamente, se disputan la primera autoridad en medio de una tensión similar a la que generó el asesinato de Santiago Nasar, personaje de la novela.

Tanta ha sido la tensión que la noche de las elecciones una muchedumbre se alzó en gritos e insultos en las afueras de la Registraduría y con serias intenciones de agredir físicamente a Dorty Montoya Pérez, la registradora delegada, porque no concebían el empate.

Montoya, cuya madre Isabel María Pérez Guzmán era registradora en el municipio de Morroa y fue asesinada en el 2001 en un episodio similar, fue rescatada por la Fuerza Pública y sacada junto con el material electoral en un helicóptero que la trajo de vuelta a Sincelejo, su lugar principal de trabajo hasta hace poco más de un mes, cuando fue delegada por la Registraduría para el municipio mojanero.

El escrutinio de Sucre se desarrolla desde el lunes 26 de octubre en la sede de Fiscalía en Sincelejo, donde los candidatos siguen atentamente el recuento y aseguran cada uno ser el sucesor de Miguel Martínez en la Alcaldía.

'Éber Martínez aparece en el (formulario) E-14 con 80 votos a favor. Los votos van a salir', asegura Martínez, de 49 años, quien también está empatado con Maury en el número de hijos (cinco) y su profesión: comerciante.

'Es duro porque la contraparte siempre se opone a que haya conteo voto a voto. Creemos que en los escrutinios voto a voto vamos a ganar', sostiene Maury, de 54 años, quien ha gobernado en el municipio de Sucre desde comienzos del nuevo milenio tanto directamente como en cuerpo ajeno.

Al azar

El empate en el número de votos entre Maury y Martínez desempolvó aquel peculiar artículo del código electoral que deja en manos de la suerte el nombre del nuevo alcalde. Para muchos, un auténtico 'cara y sello'.

El artículo 183 señala que: 'si el número de votos a favor de dos (2) o más candidatos o listas fuere igual, la elección se decidirá a la suerte, para lo cual, colocadas en una urna las papeletas con los nombres de los candidatos o de quienes encabezan las listas que hubiesen obtenido igual número de votos, un ciudadano designado por la corporación escrutadora extraerá de la urna una de las papeletas. El nombre que ésta contuviere será el del candidato o lista a cuyo favor se declara la elección'.

La trama de esta elección no es expectante solo desde el domingo 25 de octubre. Tiene antecedentes tan inusuales como el empate mismo, pues alrededor de la contienda hay denuncias de compra de votos con toros y vacas, lo que rompe con la costumbre de que les ofrezcan tejas, cemento, bloques, dinero en efectivo o mercaditos y corrobora así la cualidad de únicas de las historias del pueblo.

La denuncia de la compra de votos la dio a conocer en julio a EL HERALDO el veedor Obman Campo Bueno, quien detalló que en veredas y corregimientos como La Ventura, San José, Las Palmas, Malambo, La Guaripa, Bajo Grande, Bajo de la Pureza y Camajón muchos habitantes le habían asegurado que les estaban ofreciendo cuatro vacas y un toro si conseguían siete votos por un determinado candidato.

Si cada vaca vale entre 800 mil y un millón de pesos y un toro entre uno y dos millones, de acuerdo con fuentes ganaderas, quiere decir que por los siete votos hubo políticos dispuestos a pagar hasta 6 millones de pesos, lo que equivale a 857.142 pesos por voto con tal de ganar.

El poder tras el poder. Más allá de la compra de votos con ganado, la definición del empate entre Maury y Martínez dirá si en Sucre triunfará el continuismo o se abrirá pasó una nueva clase política local.

Maury es el gran cacique de la localidad ribereña desde que ganó la Alcaldía para el período 2001– 003, siguió en el poder con su entonces amigo Róder Martínez, hermano de Éber, para el período 2004 - 2007; luego montó a su esposa Elvira Julia Mercado Acevedo, para el período 2008 – 2011, famosa por salir en directo por la televisión nacional cuando imploraba en medio del llanto y en un consejo comunal la ayuda del presidente Uribe para su inundado municipio.

Mercado no solo es célebre por su triste aparición en la tv, también porque el 17 de diciembre de 2011, a solo 13 días de terminar su mandato y cuando medio pueblo estaba con el agua a las rodillas por la fuerte creciente, causó indignación por firmar un contrato millonario con el grupo vallenato Kvrass para que este cantara en la plaza principal.

El más reciente gobierno en cuerpo ajeno de Maury es el de Miguel Martínez Pérez, que el 31 de diciembre de este año entregará el cargo y que llegó al mismo con el patrocinio del recientemente derrotado cacique regional Yahir Acuña Cardales.