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La figura erguida del líder y su mano derecha levantada, en un gesto que emula la claridad de su ideario y su carácter incorruptible, se erige desde ahora en el parque central del municipio de Soacha. La estatua es el simbólico homenaje a Luis Carlos Galán, asesinado allí hace 25 años, el 18 de agosto de 1989, cuando se alistaba a pronunciar uno de sus discursos, por los que sus seguidores soñaban con un país distinto.

El alcalde de la municipalidad, Juan Carlos Nemocón, presidió el acto al que asistieron Juan Manuel y Carlos Fernando Galán, los hijos senadores del recordado dirigente santandereano, y quienes se mostraron agradecidos por la participación de los habitantes y los gestos de cariño a la memoria del hombre que intentó renovar la política, una de las razones por las que tenía la mayor opción para ganar las elecciones presidenciales de 1990.

En medio del acto, el senador Carlos Fernando Galán expresó su apoyo a una población que se ha visto afectada por distintos problemas, especialmente por la violencia. El parlamentario se comprometió a trabajar para devolverle la tranquilidad al pueblo. 'Las ideas de mi padre siguen vivas al igual que las amenazas que enfrentó. Tenemos que recuperar su legado y actuar en política siendo coherentes en la forma como él actuó', destacó.

La conmemoración también rindió homenajes póstumos a dos hombres que murieron cuando acompañaban a Galán: su escolta Santiago Cuervo –natural de Soacha–, y quien fuera concejal de esta municipalidad, Julio Peñalosa. Luego del evento, los Galán Pachón salieron hacia el Cementerio Central, donde está la tumba de su padre. Allí también dieron las gracias y expresaron su compromiso por renovar los paradigmas de la función pública, tal como lo soñaba Galán.

El senador liberal Juan Manuel Galán afirmó que era tan clara y completa la ideología de su papá, que de no ser asesinado, seguramente él se habría dedicado a una carrera distinta, porque se sentía bien representado. 'Incurrí en la política porque quedé con una enorme frustración luego de su muerte. Por eso quise dedicar mi vida a hacer lo que él soñaba para Colombia', recalcó el mayor de los hermanos.

Claudio Galán, el otro de los descendientes del político, dijo que si alguien hoy tuviera su legado simplemente sería un fracaso porque aún son latentes flagelos como la corrupción y el clientelismo que tantas veces denunció el inolvidable fundador del Nuevo Liberalismo.