Bajo 38 grados y aún turbados por el macabro hecho en el que un policía del Emcar disparó su fusil siete veces contra dos humildes jóvenes mecánicos los habitantes del barrio Cantaclaro en Montería marcharon para protestar pacíficamente, desde ese sector hasta el comando de Policía en el centro de esta ciudad.
El hecho se remonta a la noche del domingo cuando el agente – cuya identidad no ha sido revelada – en aparente postura de combate, apuntó el fusil de dotación contra Diego Sierra y Roger Ramos, dos mecánicos que entraban al sector en una moto a llevar una droga a un menor enfermo.
Los motorizados al parecer no atendieron una señal de pare en un puesto de control sin conos y sin las mínimas normas de protocolo y por eso fueron atacados a disparos.
El primero sufrió una afectación crónica en la espina dorsal mientras que el segundo recibió un impacto que le comprometió varios órganos.
“Que sea Dios quien haga justicia. Dios ante todo”, agregó doña Rosmari Vesga, madre de Roger, uno de los dos jóvenes lesionados.
“Ley para la ley” gritaban fervorosos jóvenes y padres de familia que exigen que se haga justicia y que la Policía repare el daño que les hizo a los dos jóvenes.
Olegario González, habitante de Cantaclaro, dijo que la justicia debe castigar a los policías que estaban en el aparente puesto de control, porque los heridos son hijos de bien y no pudieron ser confundidos con delincuentes.
“Queremos que la fuerza pública reconozca el error y que no invente más de la cuenta, porque están diciendo que uno de los muchachos estaba armado y eso es falso”, sostuvo el ciudadano.
Entre tanto el comandante de la Policía en Córdoba, coronel Héctor Páez Valderrama, se comprometió con la comunidad del citado sector a liderar un proceso exhaustivo de investigación para precisar cómo ocurrieron los hechos y si es del caso, castigar a los responsables.
Eduardo García.



