Los 2.500 habitantes de Mingueo esperaban que los negros nubarrones que se avecinaban por la zona norte en dirección al mar Caribe, no fueran algo diferente a uno de los tantos aguaceros que por esta época azotan a esta comunidad de campesinos y pescadores que construyeron sus viviendas a un lado del río Cañas y en el pie de monte de la Sierra Nevada de Santa Marta, pero estaban equivocados, pues tendrían que vivir unos pocos minutos de intensa zozobra.
Las primeras gotas habían llegado a las cuatro de la tarde, pero a las vino lo peor. Para muchos fueron cinco minutos, para otros apenas fueron tres, los minutos de incertidumbre y gran zozobra que debieron soportar. Los árboles que se encuentran en la vía Troncal del Caribe, se doblegaban como si fueran ramas de palmeras. La mayoría se quebró y taponaron la vía. Otros solo dejaron caer sus ramas, pero también con mucho peligro para la comunidad.
El vendaval no fue excluyente, lanzó a tierra casas con buena estructura de cemento y otras más humildes, fabricadas apenas con adobe y bareque. Entre los damnificados a quienes la casa se le vino a tierra completamente se encuentran los Torregrosa Castillo, Redondo González y los Conrado Hurtado.
En total fueron setenta las casas afectadas por las lluvias y la fuerte brisa de ayer en Mingueo, corregimiento de Dibulla, en la vía Troncal del caribe, la misma que comunica a Riohacha con Santa Marta. En el desarrollo del fenómeno no se presentaron víctimas fatales ni heridos, pero sí daños materiales por muchos millones de pesos. Uno de los afectados fue la Policía Nacional que perdió una motocicleta, la cual quedó bajo un grueso árbol que se vino a tierra en la puerta del comando.
Ayer en las horas de la mañana al ser abordado el coordinador de la Oficina para la Atención de Desastres de La Guajira (CREPAD) , dijo que “ya ha reportado a los organismos de socorro de la seccional, para que se mantengan alerta a prestar el apoyo necesario frente a la solicitud del comité municipal (CLOPAD) de Dibulla, con quienes estamos desde ayer monitoreando la situación.
Como ya hemos informado estas ráfagas de vientos con lluvias fuerte se desprenden de los sistemas de baja presión que producen las tormentas tropicales, ciclones, huracanes y vendavales, teniendo como epicentro el océano Atlántico, alcanzando sus coletazos, en algunos casos, las costas del Caribe siendo La Guajira una península altamente vulnerable”.
Ahora la comunidad se ha mostrado muy temerosa, puesto que esta parte del litoral ha venido siendo atacada por vendavales.
El primero fue en una comunidad wayuu denominada Toporomana, luego fue el corregimiento de camarones, en el municipio de Riohacha y ahora es Mingueo, en Dibulla. Pese a estas Alertas de la naturaleza, La Guajira entera sigue completamente vulnerable para una emergencia de mayor magnitud, pese a los recursos que se tienen y las amenazas ocurridas, no hay centros de albergues, rutas de evacuación, ni pedagogía a la población escolar y otros sectores más vulnerables.
De acuerdo con las informaciones de los expertos en la materia, ya es el momento que los presupuestos de emergencias sean invertidos en su propio objetivo para evitar que si en algún momento la Guajira queda en el curso de uno de esos fenómenos devastadores, se puedan tener algunos planes que sirvan por lo menos para mitigar el dolor de la población.
Una de las rutas de evacuación que se pueden tener de la zona de la Alta Guajira, que podría ser la más afectada, es la marítima, pero no se cuentan con embarcaciones, ni contratos, ni contactos siquiera para la ayuda.



