Rubén Deibe jamás pensó que el apodo que le colocó al hijo de su compañero de equipo, Carlos ‘Jaricho’ Valderrama, se convertiría, años después, en uno de los más famosos ostentado en el concierto internacional por una estrella del fútbol: El Pibe.
Este argentino, exjugador del Atlanta de su país, que vino hace 58 años a Colombia para ser figura en el Sporting de Barranquilla; Santa Fe y Millonarios, de Bogotá, y Unión Magdalena, de Santa Marta, se ufana de haber sido el artífice de tan especial remoquete, pero también de haber escogido a la ‘Perla de América’ para sembrar su semilla y echar raíces.
Aquí conoció a la samaria Fanny Guerrero con quien se casó y tuvo tres hijos. Y fue también aquí donde encontró a la barranquillera Margarita Henao con quien se unió sentimentalmente años más tarde del fallecimiento de su esposa. “Sin duda alguna dos mujeres excepcionales”, comentó.
El apodo. El Turco, como en la década del 50 El Campeón Carlos Arturo Rueda C. apodó a Deibe, recuerda que fue en el 1967 cuando, sin quererlo, le puso el sobrenombre a Carlos Alberto Valderrama Palacio.
En ese entonces era entrenador y al mismo tiempo compañero de campo de Jaricho, quien solía llevar a las prácticas a su pequeño heredero de cabellos rubios y tez blanca.
“Era casi una constante verlo con su niño en los entrenamientos, por eso cuando no lo hacía sino que lo dejaba en casa mi pregunta siempre era, y… ¿como está El Pibe?, averiguando por su pequeño”, rememora en diálogo con EL HERALDO.
Al cabo rato todos en el equipo asumieron el apodo para el niño y el mismo hizo carrera en el barrio Pescaíto. De allí se regó por todos los campos samarios donde los aficionados al fútbol amateur comenzaron a identificar al niño como una promesa del fútbol.
Hoy como ayer, Rubén Deibe y sus hijos son muy buenos amigos de Carlos Valderrama, al punto de que lo sienten como si fuera un miembro más de la familia. “Yo lo quiero mucho y sé que el a mí… Dios lo siga iluminando”, dijo el ‘padrino’ del crack.
Como cosa curiosa, desde hace 45 años El Turco tiene un restaurante cuya especialidad es el churrasco. Su razón social es muy singular: El Pibe.
El partido. Hoy, cuando la selección Argentina se enfrenta a la de Colombia, Deibe siente que está en una disyuntiva, pues ama por igual a su patria y a la que le abrió los brazos y lo acogió hace más de medio siglo. Por eso considera que lo más justo para él, y para su tranquilidad espiritual, es que el partido no lo gane nadie. “Que sea entonces un empate”, le dijo a este periodista.
“Mi corazón ha sido Colombia, adoro este país y especialmente a Santa Marta; quiero a El Rodadero más que cualquier cosa en el mundo”, agrega.
Rubén Deibe acepta que está triste porque nunca había visto una selección argentina tan irregular, pero, paradójicamente, se encuentra alegre porque está observando una Colombia espectacular.
“El toque, las paredes y el juego bonito de los argentinos ya no se ve… hoy tiran la pelota para cualquier lado ”, precisa.
“En cambio a Colombia la veo bien, muy equilibrada, con personalidad y buenos jugadores”, anota.
Dijo que si hoy en el fútbol debiera apodar a alguien como El Pibe, no dudaría en que sería James Rodríguez.
Por Agustín Iguarán G.
Santa Marta


