Ruby es la más adulta de los manatíes liberados, fue rescatada en 1991 en el caño de Aguas Prietas; Chiqui, de 530 kilos, procedió del río Sinú donde había sido capturada, Angélica, de dos metros y medio, es un manatí hembra nacida en cautiverio, David de 1.80 metros, posiblemente es hijo de Chiqui y Ruby; y María del Mar, de dos metros, es una hembra que terminó su proceso de rehabilitación y por ello fue devuelta a su hábitat para que se convierta en un individuo productivo.
Los cinco mamíferos regresaron la tarde del miércoles al entorno que les pertenece: la cuenca del Sinú, aunque la especie también proviene de los ríos Atrato y Magdalena.
La liberación de manatíes en Córdoba es la única en el país y la segunda en Suramérica, después de Brasil.
El sitio escogido para dejar en libertad a Ruby, Chiqui, Angélica, David y María del Mar, fue un puerto en la ciénaga Grande, en jurisdicción de Purísima, Córdoba.
María del Mar es la más cachorra de todos, de hecho no quería alejarse del sitio donde se despedía de los trabajadores de Omacha y la CVS, que la atendieron por varios años y la alimentaron a punta de leche en tetero.
La liberación estuvo a cargo de un grupo de científicos de la fundación Omacha, en coordinación con la Corporación Autónoma Regional de Córdoba (CVS).
El director de la CVS, Elder Oyola Aldana, se mostró satisfecho porque los cinco animales se reencontrarán muy seguramente con otros cuatro animales de su misma especie, liberados en el 2009 en San Bernardo del Viento.
Se trata de Julieta, de una edad aproximada de ocho años y de 223 kilos de peso; Romeo, un macho de 2.43 metros y de 234 kilos; McGyver, de más interacción con manatíes silvestres quien estaría explorando la desembocadura del Sinú; y Juana, una hembra adulta.
“Todos están en libertad, disfrutando del río, la ciénaga, la zona estuarina, manglar y zona costera, variedad de hábitats que hace posible su conservación”, precisó Oyola.
Los habitantes de Los Corrales, donde ocurrió la reciente liberación, aseguran que en la cuenca del Sinú ya se observan a los manatíes como una especie que retornó al lugar que les corresponde.
Cabe recordar que los cinco animales fueron devueltos a su ecosistema con una técnica de monitoreo satelital de última tecnología, que permitirá a los científicos saber donde duermen, donde comen, y cuál es su refugio. La idea es que más tarde los gobiernos puedan declarar áreas protegidas o de baja velocidad de lanchas.
Fernando Trujillo, director general de la fundación Omacha destacó que el manatí en Colombia está en vía de extinción, situación similar en otros países del mundo, incluso en algunas islas del Caribe ya desapareció.
El primer manatí en Colombia fue hallado hace 21 años en San Bernardo del Viento, se llamó Pedrito, pero murió a los nueve meses en medio de los más estrictos cuidados de científicos, según lo narró Antonio Mignnucci, director del Centro de Conservación de Manatíes de la Universidad Interamericana de Puerto Rico.
“Se reencontrarán de nuevo con la libertad, en un viaje en el que ahora tienen más amigos. Para la comunidad científica interamericana este es un gran esfuerzo comparado con lo que se hace en otros países”, sostuvo Mignnucci.
La iniciativa de la CVS y la fundación Omacha es apoyada por la presidencia de la República según lo declaró la alta consejera presidencial para la Gestión Ambiental, Biodiversidad, Agua y Cambio Climático, Sandra Bessudo.
“Es un trabajo importante de investigación. Esta es una de las especies consideradas en peligro crítico de extinción, por eso su importancia. Conservarla hace parte del convenio de biodiversidad biológica y de las necesidades que el país tiene de poder conservar y proteger sus especies nativas”, precisó la funcionaria nacional.
Se considera que donde hay manatíes el ecosistema está perfecto, explicó la directora ejecutiva de la fundación Omacha, Dalila Caicedo.
Su excremento se lo comen los peces –dijo la bióloga– y al mismo tiempo hacen que el agua tenga los nutrientes suficientes para que la población de peces sea mayor.
Agregó que los manatíes pueden vivir hasta 60 años, asegura que el animal tiene una memoria prodigiosa y siempre se acuerda de las rutas por donde se movieron.
El proyecto de rescatar y rehabilitar manatíes en Córdoba inició en el año 90 por parte de la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y San Jorge (CVS). La idea era liberarlos de la presión que ejercían los pobladores locales.
El manatí es nativo de las cuencas del Sinú, Atrato y Magdalena. Los que existen en otros países son de los ancestros de Colombia.
Por Eduardo García


