Tras conocerse la impactante muerte del joven abogado de 22 años, Manuel Alejandro Mieles González, quien fue asesinado el pasado lunes con arma de fuego, mientras se encontraba en su oficina ubicada en el tercer piso del Banco del Estado, los familiares de la víctima decidieron pronunciarse sobre lo sucedido y compartir con EL HERALDO, los más íntimos recuerdos, de quien siempre consideraron un ser humano ejemplar.
La muerte de esta joven promesa del derecho en Cartagena, ha sido un duro golpe, no sólo para sus familiares y amigos, sino para la sociedad cartagenera en general. Más allá de las inexplicables circunstancias de su asesinato, el hecho sigue generado infinitas voces de protesta, por parte de todos aquellos que no logran concebir, cómo es posible que esta clase de asesinatos continúen sucediendo en nuestra ciudad.
Para Miguel Ángel Mieles, el segundo de tres hermanos de la familia Mieles González, los sucedido con su ser querido no tiene ninguna explicación posible. Para él, todo es el producto de un atentado que no iba dirigido hacia su hermano mayor.
“A Manuel lo quería todo el mundo, porque él no se metía con nadie. Más bien puedo decir, que siempre lo buscaba la gente para que interviniera como mediador, por eso para toda la familia está claro que todo se trató de un atentado que no era para él”, manifestó Miguel Mieles.
Al mismo tiempo, asegura que prefiere quedarse con la imagen en vida de su hermano, por encima de cualquier cosa en el mundo.
“No he querido ver a mi hermano desde que nos llamaron para darnos la mala noticia. Para mí nada reemplaza la imagen de mi hermano en vida, que es el único recuerdo que quiero conservar hasta el día que me muera”, afirmó Miguel Ángel, luciendo visiblemente conmovido.
Para Rosa González y Adalberto Mieles, sus padres, lo sucedido con su hijo ha generado un vacío, que nunca podrá ser llenado en sus vidas. “Manuel era un buen hijo y una excelente persona. Como estudiante, siempre se destacó, y desde que estuvo en el colegio, hasta que llegó a la Universidad, así lo demostró. Manuel era una persona, que a pesar de su corta edad, causaba admiración.
Muchos abogados mayores que él lo consultaban frecuentemente porque en su profesión se las sabía todas”, afirmó Rosa González, recordando los planes que su hijo tenía para ella y su familia.
“Él quería construirle el segundo piso a la casa y seguir adelante con sus estudios de postgrado. Siempre tuvo claro qué era lo que quería y eso lo reflejó desde que era un niño”, agregó finalmente su mamá.
Por Israel González Díaz
Cartagena