Tras las amenazas vía panfleto y con armas de fuego de que han sido objeto las sedes de la empresa Supergiros en las últimas horas en varias poblaciones de la Región Caribe, la Defensoría del Pueblo se pronunció para rechazar dichos actos.
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Además, el ente del Ministerio Público que vela por el respeto de los Derechos Humanos conminó a la institucionalidad para que tome las medidas expeditas y eficaces que brinden seguridad a quienes laboran en los puntos de esta empresa, pues tan solo en el Atlántico este tipo de actuaciones atribuidas a grupos armados ilegales ya dejan a dos empleados mal heridos.
“La Defensoría del Pueblo rechaza enfáticamente el constreñimiento que grupos armados ilegales están ejerciendo sobre puntos de atención de la empresa Supergiros en municipios de Sucre y Sur de Bolívar, lo que ha derivado en que estos no estén prestando el servicio al público, afectando el derecho a la vida y al trabajo, sobre todo porque el 80% de estos son operados por mujeres”, indicó la Defensoría en un comunicado de la tarde de este sábado 23 de noviembre.
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Los reportes del ente indican que las acciones de los alzados en armas, que estarían relacionadas con el delito de extorsión, ocurren en los municipios de Coveñas, Tolú, San Onofre, Los Palmitos y Corozal en el departamento de Sucre, además en la ciudad de Sincelejo donde las sedes de Supergiros de las zonas norte y sur ya cerraron sus puertas entre la noche del viernes y el mediodía de este sábado. Adicional a ello en otros sectores les dejaron unos mensajes impresos de los que quizás los administradores de dichos locales no tengan conocimiento porque la Policía los recogió a las 5:00 de la mañana.
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También hay afectaciones en las poblaciones de El Carmen, Altos del Rosario, San Martín de Loba, Achí, Montecristo y Barranco de Loba, en el sur de Bolívar.
Las acciones de esta índole en contra de Supergiros quedaron al descubierto el pasado 4 de noviembre cuando acabaron con la vida de Marlen Fernanda Mozo, de 19 años, en un punto Supergiros en Bosconia, Cesar. Tras el crimen dejaron un panfleto intimidatorio en el sitio.
