Luego de que la Agencia Nacional de Tierras (ANT) le solicitará un informe sobre los inconvenientes del proyecto de la despulpadora de mangos instalada en el corregimiento de Pendales al Consejo Comunitario de Matamba, agrupación étnica que propuso la idea en 2015, su operador, la Fundación Gaia; la Gobernación del Atlántico y el comité comunitario trabajan en conjunto para ponerla en marcha, contó el secretario de Desarrollo Económico departamental, Anatolio Santos. La máquina lleva casi ocho meses en desuso desde su inauguración, el pasado primero de noviembre de 2016.
De acuerdo con Santos, hace dos semanas se reunieron en la sala de juntas de la Gobernación y plantearon varios objetivos. La entidad departamental se comprometió a realizar un pozo artesanal para los 50 fruticultores de Matamba, que utilizarían como bebedero de animales, riego de árboles y para la despulpadora.
La Fundación Gaia informó que tiene contemplado instalar un tanque con capacidad para 24.000 litros de agua, cuyo líquido será traído de Sabanalarga.
'Secretaría de Infraestructura se comprometió a que en seis meses llevará la electrificación trifásica a Pendales. Hoy hay monofásica', afirmó el funcionario. La Gobernación pidió a la Agencia de Tierras una copia de los documentos que oficializaron el convenio entre la comunidad, la fundación y la entidad pública.
'Buscamos un operador para poner a funcionar esa planta, hay está interesado Ciledco y una firma argentina, la única condición es que beneficie a los 50 productores de mango', dijo Santos.
El proyecto fue avalado por el Incoder el 22 de octubre de 2015 en beneficio de 50 familias del Consejo Comunitario, representado por Aprosol. Le entregó los recursos y la fundación gestionó. La directora ejecutiva de Gaia, Claudia Marcela Sánchez, afirmó a EL HERALDO que 'ya se está trabajando para todos los temas pertinentes', pero que no está 'autorizada a dar alguna información'.
Matamba es la primera comunidad étnica con titulación colectiva en el departamento del Atlántico. La bodega donde está instalada hoy la despulpadora, en la vereda Socavón, está a 1,8 kilómetros de la carretera a La Cordialidad, ubicada en una hectárea comprada por $25 millones a un finquero vecino.
EL HERALDO dialogó a finales de mayo de este año con habitantes y productores frutícolas en el corregimiento y denunciaron que están perdiendo toneladas de mango de la actual cosecha porque la empresa privada no da abasto con la 'superproducción' generada por las lluvias.