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Entre los objetivos que tiene la justicia transicional en Colombia está esclarecer la ocurrencia de los ‘falsos positivos’ o ejecuciones extrajudiciales que se registraron en el marco de las políticas de seguridad democrática.

Además de la exigencia de verdad y justicia por lo ocurrido con hombres inocentes, los administradores de justicia se han encontrado con situaciones que no solo tienen que ver con el crimen, sino también con la desaparición del cuerpo, un hecho aún más doloroso que no les permite a las familias cerrar una parte de su duelo.

Para los casos de los falsos positivos atribuidos y confesados por los ahora exintegrantes de la Fuerza de Tarea Conjunta de Sucre (FTCS) y los Gaula de Córdoba, Cesar y La Guajira, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), a través de su Sala de Reconocimiento, tiene documentados los casos de desaparición de Javier Macea Suárez, Cristian Parra, Juan Carlos Barreto, Sicardi Julio Quiroz y Ebind David Paternina Parra.

Esta última víctima tenía 16 años cuando la tentadora oferta laboral en una finca que le hicieron unos vecinos en el municipio sucreño de Toluviejo, en complicidad con miembros del Ejército  Nacional, el 9 de agosto de 2007, lo hizo desaparecer y desde entonces su familia lo busca.

Han transcurrido 17 años y un mes de este cruel acontecimiento y la familia de Ebind David no cesa en su objetivo de encontrar el cuerpo para darle cristiana sepultura en Toluviejo, donde reposan los restos de sus amigos Carlos Alberto Valeta Jiménez, Luis Alberto Pérez Mercado, John Jairo Colón Ayala, Frank Arley Padilla Bandera, Luis Fernando Mejía Vides, Déiner De Hoyos Rodríguez, Cristian Vergara Ozuna, Miguel Jiménez Chamorro, Julio Rafael Julio Olivero y Bernardo Patrón Viloria, quienes corrieron con su misma suerte: perdieron la vida buscando trabajo en fincas en la región del sur de Sucre y en el vecino departamento de Córdoba.

La tragedia de la familia de Ebind David es mucho más dolorosa si se tiene en cuenta que además de menor de edad era una persona que tenía una discapacidad cognitiva, pero esta no le impedía salir a vender los fritos que Sara, su abuela y madre de crianza,  preparaba y con los que ayudaba al sostenimiento de la casa.

El coronel retirado del Ejército Nacional Luis Fernando Borja Aristizábal, uno de los que comandó la Fuerza de Tarea Conjunta de Sucre, confesó al menos 100 casos de falsos positivos ante la JEP y de paso se comprometió con la familia de Ebind David a ayudar a encontrar su cuerpo que estaría enterrado en un cementerio como N.N., pero esto no ha dado resultados.

Lo buscaron con versiones de Andrés Corrales, uno de los implicados, en el cementerio de Guaranda, zona de la Mojana, hace unos 3 años y no lo hallaron, y entre 2023 y 2024 la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) ha realizado dos intervenciones en el cementerio municipal de Sucre-Sucre, también en la región de la Mojana, y no han encontrado al muchachito.

Ada, la mamá; Carlos, su hermano, y Sara, la abuela materna de Ebind, acompañaron la más reciente de estas exploraciones en el campo santo del municipio más apartado del sur del departamento de Sucre y, de acuerdo con el relato de su hermano Carlos en la Audiencia de Observaciones de Víctimas de los departamentos de Sucre, Córdoba y Bolívar, que se efectuó en Sincelejo el pasado 6 de septiembre, eso de las exhumaciones “duele. Duele ver esos restos. Los que le hicieron daño a mi hermano saben que no eran guerrillero”, expresó con voz nerviosa.

Agregó sobre lo ocurrido con su hermano: “Nos quitaron una columna vertebral porque mi hermano para nosotros era un padre, un hijo. Le pido a los comparecientes que no sigan callando más, que ya está bueno. Yo tomé el cargo de vocero de mi familia a los 18 años, es un peso que siempre lo he llevado desde temprana edad. Nosotros no escogimos ser víctimas, pero lastimosamente estamos donde estamos. No es justo que el Ejército, que se supone que es el que nos resguarda, nos hizo daño. Entonces, queremos justicia y principalmente la verdad sobre mi hermano que sigue desaparecido 17 años después”.

Aprovechando que los comparecientes ante la JEP, es decir los partícipes de los ‘falsos positivos’, estaban conectados virtualmente a la audiencia, Carlos les preguntó: “¿Por qué buscaron guerrilleros en los pueblos donde hay gente trabajadora que se levanta día a día para llevar el sustento a su familia? Si no sabían para dónde se los iban a llevar, ¿por qué no se llevaron a sus familiares? y ¿dónde tienen a mi hermano? En nombre de todas las víctimas exigimos respeto de parte de ustedes (comparecientes), más seriedad y más responsabilidad. Recuerden el juramento que hicieron ante Dios y la patria, se les olvidó ese compromiso. ¿Por qué no pueden decir dónde está?, son 17 años de dolor” , puntualizó Carlos Paternina.

Más voces

Pero no solo la familia de Ebind David clamó en esa audiencia por la verdad sobre el paradero de sus restos, también lo hicieron otras madres de víctimas de ‘falsos positivos’ en Toluviejo y que lo vieron crecer y deambular por las calles de ese pueblo de picapedreros, entre ellas Vilma Ayala y Gilma Jiménez, quienes coincidieron en decir “ya está bueno”.