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Una alianza entre Promigas, Asoganorte y Cataruben le apuesta a la conservación de bosque seco tropical y humedales a gran escala en la región Caribe. El proyecto, que fue dado a conocer este martes 28 de enero a los propietarios y ganaderos del municipio de San Onofre, en el norte de Sucre, lleva el nombre de Corozo, que es un fruto de esta región del país.

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Este es el primer proyecto de su especie que vincula al sector privado y que para hacerse parte los interesados, propietarios de tierras, solo deben postularse a través del correo electrónico: gestor1co2rozo@cataruben.org o a través del WhatsApp 3134053186.

Una vez inscritos los predios estos son revisados por el ingeniero agroforestal John Fredy Maldonado, quien dará a conocer las bondades de este dentro de Corozo.

Este proyecto lo lidera Promigas y lo ejecuta la fundación Cataruben que ya tiene experiencia en esta área con proyectos similares en otras regiones del país. Buscan a propietarios de terrenos de 50 o más hectáreas que produzcan directamente bonos de carbono con certificación internacional.

Los bonos de carbono representan acciones que evitan, reducen o eliminan el dióxido de carbono, que daña la atmósfera.

Liliana de Núbila, gerente de Carbon Management (Gestión del Carbono) de Promigas, y quien estuvo en San Onofre, indicó que la meta del proyecto es conservar 105 mil hectáreas de bosque seco en todo el Caribe, desde La Guajira, pasando por toda la Costa hasta llegar a Antioquia y Santander.

“El bosque seco tropical es primordial para la biodiversidad del país por su cantidad de especies. Somos conscientes de esto y por eso se ha unido Promigas, como inversionista principal, a la fundación Cataruben. Es el primer proyecto de conservación a gran escala de bosque seco tropical y humedales”, señaló.

Agregó la funcionaria que “para Promigas es fundamental el cuidado del medioambiente y queremos ser reconocida como una empresa que le apuesta a la conservación del medioambiente y del Caribe. Además el bosque seco es primordial para la biodiversidad del país y del mundo, y conservarlo es nuestro querer”.

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Por su parte, Edwin Hincapié Peñaloza, gerente de proyectos de la fundación Cataruben, aduce que Corozo permitirá que los beneficios ambientales que tienen los propietarios en sus fincas sean de mucha utilidad y son ellos quienes les ayudarán para que estos sean reconocidos, pertenezcan a un proyecto que valore lo que hacen y que adicional a ello reciban un incentivo económico por lo que hacen.

En San Onofre, durante la socialización del proyecto, que tiene aspiraciones de certificación entre 3 o 4 años, hubo muchos ciudadanos interesados, entre ellos Jorge Luis Agamez Berrío, que es el representante legal de pequeños y medianos ganaderos y agricultores de San Onofre (Asogasan).

Para él, que representa a 100 miembros de Asogasan, este proyecto Corozo “me ha parecido muy bueno porque incentiva la siembra y el mantenimiento de árboles. Esto no interfiere en nuestras actividades, por el contrario, es complementaria y lo hacíamos de manera particular sin recibir ninguna remuneración. Este proyecto nos entusiasma mucho, tiene buen ambiente entre nosotros y le vamos a apostar a él”.