En Placelito y La Cueva, ensenadas ubicadas en los límites de Bahía Concha y Taganga, quizás nunca un chinchorro habían atrapado tanto jurel como ocurrió el fin de semana anterior.
De ello dan fe los pescadores de dichas zonas, quienes manifestaron sentirse bendecidos por la naturaleza, pues la repentina subienda de sábado y domingo les permitió ganarse unos pesos de más en la comercialización del alimento.
'No hay duda que esto fue un regalo de la virgen del Carmen', coincidieron los pescadores.
Fueron aproximadamente 6 toneladas de peces de la referida especie las que lograron sacar del mar en sendas jornadas. El mayor número fue negociado con la pescaderías de Santa Marta y una que otra de Barranquilla.
GANANCIA. El asombro por la cantidad de peces no solo fue de quienes hicieron posible su captura, si no de los turistas y bañistas que en las playas de Taganga y de Bahía Concha se daban cita para disfrutar del mar y el sol..
'No habíamos vistos tanto jurel junto', comentó José Tejeda, un lobo de mar con 30 años de experiencia.
Indicó que el domingo, luego de asistir a la procesión de la virgen del Carmen, vio una lancha repleta de pescado; sin pensarlo de veces se acercó y se ofreció para sacar el producto a la playa.
'Como paga por el servicio me dieron un jurel grande, de unas 15 libras', comentó.
Añadió que al cabo rato, lo negoció por 30 mil pesos con un revendedor. 'Cuesta 36 mil pero te lo dejo en 30 mil para que te rebusques', le dijo al comprador.
Indicó que en épocas de escasez la libra de jurel tiene un costo de 5 mil pesos, pero cuando hay bastante cuesta 2 y 3 mil pesos.
El revendedor lo ofrece en 5 y 7 mil pesos la libra.
Sandro Jiménez, pescador de Taganga, comentó que el día de la feria de jureles, 'hubo más plata para beber'.
Destacó el hecho que la subienda de peces cayó en medio de los festejos por la virgen del Carmen, donde el licor y la música se tomaba el pueblo.
SANCOCHO. Los pescadores manifiestan que el jurel es un pez que 'se presta para todo', es decir, que su carne se puede preparar de diferentes formas (bistec, arroz y sancocho).
Afirman que este último es el más sabroso, sobre todo, cuando lo hacen con fogón de leña. 'Mi abuela Tomasa Matos tenía fama de hacer tronco de sancocho, incluso, habían familias samarias que la buscaban para que les cocinara', aseguró José Tejeda.
Pero también en la preparación del sancocho tenían fama las difuntas Pachita Miranda y Belma Matos, quienes, según los tagangueros, 'tenían el punto de sal en el paladar'.
Pez migratorio
Los biólogos sostienen que anualmente, para esta época, el jurel suele recorrer largos trayectos hacia esta zona del litoral norte en busca de aguas tibias que le proporcionen alimento. Es un pez pelágico migratorio de amplia distribución cuya dieta se basa en pequeños peces como sardinas y boquerones, junto con crustáceos, calamares y plancton. Es un habitante de aguas entre los 100 y 200 metros de profundidad, pudiendo alcanzar hasta los 500 metros.